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Donato se fija en Billy Meredith

Donato está hecho un pollito. Tiene 38 abriles -si su NIF no miente, que todo podría suceder- y acaba de convencer al correoso Lendoiro para que le renueve una temporada más; luego, y dependiendo del número de partidos jugados (que serán todos de no sufrir alguna inoportuna lesión) este efebo brasileño podría seguir otro añito. De cumplirse todas las expectativas, el amigo Donato seguiría jugando en Primera División con 40 "tacos".

Me solidarizo con Donato y creo que deberíamos apoyarle para que obtuviera la inscripción en el libro Guinness. Lejos de constituir un proceso natural y bien sano (lo contrario resulta mortal de necesidad), ir cumpliendo años parece que es un delito en el deporte profesional. "¿Cuántos dices que tiene? ¿25? Un poco viejo ¿no?" Si no pegas raquetazos a los diez estás absolutamente perdido y te quedas sin carrera; si no eres capaz de lograr una medalla a los catorce eres carne de cañón y se te viene el mundo encima (y a los papás les entra un ataque de ansiedad). O dicho en castellano puro y duro: el muerto al hoyo y el vivo al bollo.

Por eso mismo estoy por fundar la "Asociación Billy Meredith". El 15 de marzo de 1920 este caballero -William Henry "Billy" Meredith- jugó un partido con el equipo de Gales con 45 años y 229 días. Disputó partidos internacionales durante 26 largos y fructíferos años (1895-1920) y constituyó un vivo ejemplo para todos. Ciertamente el fútbol de principios del siglo XX era muy distinto al actual, y precisamente por eso (porque ahora los jugadores cuentan con preparador físico, masajista, médico especialista y hasta psicólogo llegado el caso) lo que antes era una rareza ahora no debería serlo tanto.

Debo reconocer ciertas implicaciones personales en la defensa del bueno de Donato. Si fuera juez ahora mismo estaría prevaricando. Tengo la misma edad que el brasileño y aunque no juego al fútbol sí noto que en la redacción comienzan a llamarme "papi" o "abuelito". Me resisto a contar historias por el qué dirán. Gracias a Dios en el periodismo, por ahora, no te miran el carnet de identidad.
Pero además de todo la renovación de Donato es muy justa; se ha ganado su continuidad sobre el terreno de juego y el gran beneficiado será el Depor y, en caso de continuar en el banquillo coruñés, también Irureta. Lendoiro no es ninguna ONG limitándose a cumplir con su obligación. Jorge Valdano, que ahora mismo diseña un revolucionario plan de incentivos por rendimiento, habría hecho lo mismo. Si Shigechiyo Izumi llegó a celebrar su 120 cumpleaños ¿por qué Donato no va a poder jugar hasta los cincuenta? Y nosotros que lo veamos.

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