¿Se imaginan ustedes al azar, con peineta y mantilla, paseando por las calles de enfrente? Ya todo es posible.
Loquitos nos tienen Ángel telojuroporsnoopy y Kayet el mudito llorón. Ambos monitos han vuelto a superar las barreras del querer, hasta tal punto que los dos se excluyen de unas nominaciones que juran y perjuran que han realizado al azar. Curioso. Ni el llorón nominó a su ídolo, Ángel (ese gayboy con cara de requesón que le mira con ojos de gatita) ni éste nominó a Kayet (esa drag de ojos líquidos que retiene la baba cuando telojuroporsnoopy contonea las caderas). Se empeñan ellos (qué monos) en tapar lo innegable. Pero tras la cortina del sueño los besos se enredan en el fluir de las noches.
Sabrina miraquesoyfina ya le ha visto el plumero a tan disfrazado gallo y se atreve, rompiendo el silencio de antaño, a mandar al Angelito a paseo. Y es que esta pantera divina empieza a demostrar que sabe afilarse las garras.
Curioso también es el azar del que habla Emilio submundos. Qué casualidad que en los dados de su memoria siempre salgan nominados los mismos. Al menos, para aliviar los picores que nos produce este mono de patéticos ademanes, el impresentable, por fin, ha sido nominado (junto a Kayet, Ángel, Sabrina, Fran y Alonso). Recuerden bien a Emilito submundos y esperemos a que caiga la guillotina sin temblor.
El día que no fuimos al cole
No sé si recuerdan el tostón que nos dieron los organizadores de la Casa de los Horrores con la inteligencia de los monitos de este año. Pues bien, si estos seres han pasado por el colegio, cantamos línea. Y si superan en materia gris al escarabajo de la patata (ese que hace bolitas de mierda), cantamos Bingo. Había que ver cómo los macacos intentaban aprender inglés (ese gran desconocido en los colegios de estos aspirantes). ¡I very güell! (que debe ser algo así como: estoy de p. madre) dice un mono y desde el fondo del aula contesta otro: ¡I to güell! (que podríamos, en versión libre, traducir como: yo también de p. madre).
Goteras con solera
Abandonamos la asignatura extranjera y nos metemos de lleno en nuestra historia. ¡Ay madre! Miedo da tan escabroso juego. Para Mari la potingues la catedral de Burgos, está en León (buen argumento) y un bocata de jamón y queso, es decir mixto, es algo de los mixtilíneos. ¿Buena eh?
Pero, ¿y qué me dicen del gótico? Pues fácil. Es una gotera en miniatura. ¡Y el románico un romano bajito! No te amuela.
En fin. Que lo más preocupante no son las lagunas (pese al obligado estudio al que sometieron a los monos) sino la burra que nos vendieron los promotores de este juego singular. Llenaron los estudios de grabación de psicólogos, sociólogos, filósofos... para encerrar en tan dulce morada a los jóvenes del futuro. Y nos aseguraron que superaban en inteligencia a la media española. Y yo me pregunto ¿cómo serían los monos descartados?
Lo único cierto es que esa burra que nos vendieron (y juro que no me refiero a la Milá, que ha llegado a caerme bien de tan estudiada frescura) era ciega, sorda, coja y estéril. Miedo me da saber que hay gente más bruta que estos macacos resultones. Que alguien queme los archivos de los casting de Zeppelin, porque si la NASA se entera harán en Marte un monumento a la juventud española con una placa que diga: El Renacimiento fue un río muy largo que vino de Italia para emborracharnos las neuronas. Firmado, La nueva España.

El caprichoso azar
En Sociedad
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