Ante la nueva campaña de promoción de la lectura todas las ideas son bienvenidas. Sobre todo las que cuestan poco dinero. Un inconveniente es que las bibliotecas municipales o de barrio se hallan mal dotadas. Se me ocurre un sistema para alimentar los fondos de esas bibliotecas. En cada municipio o barrio se instala un servicio de solicitud de donaciones particulares. Basta con los libros repetidos, los que no usan, los que no caben de forma ordenada en muchas casas. Con un eficiente servicio de recogida podrían obtenerse muchos volúmenes. Sería mejor contar con voluntarios para esa tarea. Bastaría un poco de publicidad para que muchos vecinos colaboraran con desprendimiento. En la biblioteca habría que resaltar la lista de los donantes. Al final todos contentos.

Bibliotecas municipales

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