Primero fue el abuso en los cuarteles académicos. El método seguido en el trabajo de investigación pasaba a ser la “metodología”. Lo del “logos” añade ciencia y pensamiento donde hay poco de eso. Bueno sería que la cosa no hubiera pasado de la jerga profesoral. Pero ahora el alarde metafórico sobrepasa toda lógica. Acabo de oir a no sé qué portavoz referirse a los desmanes de los terroristas, los de la borroka callejera. Los llama “metodología”. La degeneración del uso lingüístico es ya insuperable. Los facinerosos que incendian autobuses y cajeros automáticos son, pues, “metodólogos”. Han conquistado la dignidad académica.

La metodología

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