No querría ser mal interpretado, y como sé que me muevo por arenas movedizas, ahí va una aclaración previa y tajante: deseo, como lo haría cualquier persona decente, que Iván Campo solucione sus problemas médicos y regrese cuanto antes a su actividad diaria normal. Ocurre, sin embargo, que escuchando programas de radio y leyendo artículos de opinión, todos ellos laudatorios y posteriores, claro, a la crisis de ansiedad diagnosticada al jugador del Real Madrid, me han entrado unas ganas enormes de estudiar solfeo y dedicarme a ofrecer por ahí conciertos de piano.
En el colmo de la desfachatez, al lacrimógeno José Ramón de la Morena le dio por pedir perdón en su propio nombre y en el del resto de compañeros de profesión por las críticas al fútbol del señor Campo. ¿Perdón también para Javier Clemente? ¿O Angel María Villar? ¿O Luis Cembranos, definido hace bien poco por el director de "El Larguero" como el "cáncer del Rayo Vallecano"? La única diferencia entre Iván, el ex seleccionador nacional, el presidente de la Federación o el jugador del Rayo es que los tres últimos no sufrieron, a pesar de las durísimas críticas, ataques de ansiedad.
No soy dudoso al respecto, y además sé lo que es sufrir un ataque de ansiedad. Desde que Iván Campo llegó al Real Madrid dije que no tenía calidad para jugar en ese equipo; y como lo hice en el desempeño honrado de mi profesión, no veo que tenga que pedirle perdón a nadie por ello. El Real Madrid me parece el peor destino posible para tener miedo y, dentro del Real Madrid, en concreto el puesto de central. Por ahí han pasado Mino, Spasic o Ruggeri (machacados todos ellos); Sanchis, Maceda o Tendillo (tres super clases y, a pesar de ello, también con muchos problemas); y ahora Hierro. Creo que desde la retirada de Gregorio Benito no ha habido un defensa central que haya gozado del consenso de la grada y la prensa.
Dice mi compañero Gaspar Rosety que Iván Campo sería titular en, al menos, quince equipos de Primera División. Es probable. Tote es titular en el Valladolid y Alfonso lo fue en el Betis; García Calvo es uno de los fijos de Luis en el Atlético de Madrid y Victor cuenta con el respaldo de Irureta en el Deportivo de La Coruña. Todos ellos salieron de la cantera madridista y, por uno u otro motivo, tuvieron que irse a otro sitio. Ellos también serían titulares en quince equipos de Primera, pero no lo consiguieron en el Real Madrid.
Coincido con Del Bosque en que lo más importante es la persona (no sé, por cierto, cómo reaccionará humanamente él cuando en la prensa surgen los nombres de Capello o Bianchi como sus posibles sustitutos). Por cierto que me llamó mucho la atención observar cómo el vestuario blindaba a Hierro y pasaba olímpicamente de Campo (debe ser que ahí existen también ciudadanos de primera y segunda categoría). Jugar con el "5" a la espalda en el estadio Santiago Bernabéu y tener miedo al fracaso o el ridículo es tan incompatible como odiar a los tiburones y trabajar en el zoo teniendo que darles de comer a diario.

La maldición de los centrales
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