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Las eurocalculadoras

Cuando va uno a un país extranjero por una larga temporada, al principio traduce la moneda local a la peseta. Luego, si le pagan en moneda local, deja de traducir. El cálculo mental se establece entre los ingresos y los gastos. Lo mismo va a pasar con el euro. En cuanto empecemos a cobrar en la nueva moneda, se irá debilitando el esfuerzo de traducirla a pesetas. Es decir, en menos tiempo del que suponemos desaparecerán las eurocalculadoras y las tarjetitas de equivalencias. Mientras tanto, esos artilugios han dado de comer a mucha gente. Tendrán que buscar otros pingües negocios.

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