Marvel paga su tributo al terrible atentado del 11-S en Nueva York. Este número único, en tamaño magazine y cuyos beneficios irán destinados a los familiares de las víctimas, está formado por 64 ilustraciones realizadas por los principales artistas del medio. Un tebeo de tales características no podía sino levantar una gran expectación entre todos los fans. Irrepetible. De colección.
El resultado final es un tanto irregular. A ilustraciones bellísimas y de gran impacto visual como son las de Frank Quitely, Joe Quesada, Mike Deodato, Steve Rude o Bill Sienkiewicz se unen dibujos realmente mediocres como los de Frank Miller, Rob Haynes, Mark Bagley o Joe Madureira. Sin duda, las mejores ilustraciones son aquellas que van acompañadas de un texto, como el de Kevin Smith para la ilustración de Quesada y el de Neil Gaiman (que habrá hecho llorar a más de uno) para la ilustración de Jae Lee. El del prestigiosísimo Alan Moore, en su primera colaboración con Marvel desde hace mucho tiempo, resulta un tanto decepcionante.
Pero hay un caso que llama especialmente la atención y que demuestra qué es lo que no se debe hacer en un cómic de estas características. Nos referimos a la ilustración de J. Scott Campbell, que sigue en su línea de pifias monumentales: no se le ha ocurrido otra cosa que dibujar a todos los superhéroes de Marvel sosteniendo con alegres caras las manos de bomberos y policías. ¿Pero este hombre sabe de qué va este cómic? Se supone que es un tributo a una tragedia que costó la vida a cinco mil personas. ¿Qué hace dibujando a los personajes con tanta sonrisa? Quesada nunca debería haber incluido semejante idiotez en el tebeo.
En conjunto es un cómic de bastante calidad y con el valor emocional añadido de los hechos a los que se refiere, pero queda dicho que tiene sus altibajos y puede desilusionar a más de uno. La práctica imposibilidad de que sea publicado en nuestro país convierte el pedido por correo o Internet en la única forma que tenemos los españoles de hacernos con él. Pero merece la pena. Para poner nuestro granito de arena en la ayuda a las víctimas del 11-S. Y aunque sólo sea para la colección. Porque este cómic ya es –también– Historia.
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