Se cumplieron los más dramáticos augurios y el hombre que no sabía que William Shakespeare era inglés se hará cargo del banquillo del Barcelona. Fernando Echeverría pilló el otro día a Louis Van Gaal en un renuncio literario que ha dado ya varias veces la vuelta a España. En "El radiador", y como quien no quiere la cosa, el "gato" le dijo al entrenador holandés lo siguiente: "como dijo el famoso dramaturgo alemán William Shakespeare"... A lo que Van Gaal asintió: "claro, claro"... ¿Cómo que claro, claro? Los clubes de fútbol tendrían que hacerles a sus técnicos un test cultural básico para que no hicieran el más espantoso de los ridículos. Lo noticiable para mí no es que Van Gaal le pidiera permiso a Núñez para aceptar la oferta de Gaspart, sino que Van Gaal no supiera la nacionalidad de un escritor universal.
Imaginemos que mañana le dijeran a Van Gaal lo siguiente: "como dijo el conocido cantante bielorruso Sting"... o "como ya dijera en su día el gran actor chino Robert de Niro"..., y a todas y cada una de esas afirmaciones Van Gaal respondiera: "claro, claro"... Llegaríamos a la conclusión de que Van Gaal pasaba olímpicamente de todo o era el tipo más ignorante del mundo. Y ¿cómo podría un ignorante supino entrenar a un equipo como el Barcelona? ¿Un presupuesto de veinticinco mil millones de pesetas en manos de un hombre que cree que "El mercader de Venecia" es un representante FIFA italiano?
Algo olerá a podrido a partir de ahora en el Nou Camp. Joan Gaspart tiene por lo menos una cosa clara, y es que no ha fichado un "relaciones públicas". La rueda de prensa posterior al anuncio de su fichaje acabó siendo un "remake" de "Silverado", aquella película del oeste protagonizada por el famoso actor portugués Kevin Costner... ¿o sería estadounidense?... Una "balasera" mediática esperaba tras la esquina al presidente culé y a Rexach –este sí, "public relations" nato– para dejarles bien claro que la pre-pretemporada había empezado ya.
Preguntado por el fichaje, Hristo Stoichkov dijo: "Eso es que Gaspart tiene ganas de irse pronto del club". ¿Las tiene realmente? Como en el cuento, la cohorte de pelotas que rodea al presidente le dice que el traje que lleva es el más bonito del mundo, pero que únicamente pueden verlo las personas inteligentes. En realidad, Gaspart va en "pelotilla picada" por Canaletas, pero está convencido de que resulta muy elegante. Con un presidente desnudo de proyecto y un entrenador que no sabe quién fue Shakespeare, ¿llegará lejos este Barcelona? Como dice Donalbain en Macbeth: "¿Qué podríamos hablar aquí, donde nuestro Destino, oculto en una emboscada, puede precipitarse sobre nosotros y cogernos? ¡Huyamos! ¡Nuestras lágrimas no han fermentado aún!" Las de Joan Gaspart sí lo hicieron.

El hombre que no sabía que Shakespeare era inglés
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