Escribe un oyente de “La Linterna” (Luis Ferreras) animándonos a que comentemos la jerga de la sempiterna reforma educativa. Uno de los palabros que aduce es el “segmento de ocio”, por decir lo que antes se llamaba simplemente el “recreo”. En un convento de los agustinos he oído que a la sala de recreo la llaman “quiete”. No está mal. Desde luego, la peor etiqueta es la de “segmento de ocio”, entre cursi y horrísona.
Hay una tendencia general a tirar del sustantivo “segmento” para aplicarle a diversos aspectos de la realidad social. Así, para referirse al grupo, sector o estrato de los jóvenes se habla del “segmento de los jóvenes”. El segmento es a una línea como el sector es a un círculo. Se prefiere, pues, la idea lineal –y no espacial– de la sociedad. No es una preferencia inocente. Si la sociedad es una línea, se puede manipularla con tranquilidad.
Segmento de ocio
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