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Torrance, nuevo mister PESC

Ahora que el inglés Tony Blair tira para la derecha, mientras que el alemán Gerhard Schröder lo hace para la izquierda y el francés Jacques Chirac simplemente no tira, los países que componen la Unión Europea debieran ir pensando en nombrar un nuevo mister PESC que sustituya al cabizbajo y eternamente ninguneado Javier Solana. Sam Torrance –mi candidato desde ahora mismo– ha demostrado en la Copa Ryder de golf lo que es una política exterior seria y respetable. Cuatro irlandeses (Clarke, Harrington, Mc Ginley y Montgomerie), tres suecos (Parnevik, Fasth y Fulke), un danés (Björn), un galés (Phillip), un alemán (Langer), un inglés (Westwood) y un español (García), dirigidos todos ellos por un escocés (Torrance, por supuesto), con la única idea de vencer a los Estados Unidos de América y de Woods, "Tiger" Woods. El euro jamás me hizo sentir tan europeo como cuando el "novato" Mc Ginley lograba el punto decisivo. "¡Hemos ganado!", salí gritando por el pasillo de casa como un loco, "¡hemos ganado!"... "¿Quienes?", me preguntaron... Nosotros, los europeos.

Y no era una tarea sencilla, no señor, esta de vencer a los "hijos del tigre" en The Belfry, un campo que pasará ya inevitablemente a la historia del golf. No era fácil porque Torrance, en un gesto que le ocasionó no pocos problemas, optó por incluir en el equipo europeo a jugadores noveles (Fulke o el propio Mc Ginley, que acabaría siendo decisivo) en este tipo de "batallas golfísticas". Enfrente, la todopoderosa armada americana (Woods, Mickelson, Duval...) dispuesta a originarnos el mayor número posible de "daños colaterales". Sam Torrance demostró que había acertado al confiar en aquellos jugadores que, con una tenacidad y una fe a prueba de bombas, lograron la victoria más holgada –15,5 puntos frente a 12,5– desde el año 1985.

¿Por qué no Torrance como nuevo y flamante "Mister PESC"?... Peor que con Solana no nos irá, digo yo, y si por algo se ha caracterizado el escocés en esta Ryder ha sido por su determinación a la hora de elaborar un equipo que funcionara. Los americanos son más pacatos con este tipo de cosas –ahí está el caso, por ejemplo, del actor Ronald Reagan que llegó a presidente– pero a nosotros nos cuesta mucho más, uno tiene que proceder de la "clase política" para que no le miren de arriba abajo. Los europeos ganamos la "batalla de Belfry" gracias a Torrance, y yo creo que ahora se merece por lo menos una medallita. ¿O no?

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