Todo el mundo pudo ver con asombro la pancarta que exhibían los manifestantes de la farándula frente al Congreso de los Diputados. Rezaba así: “1898: Honra, sin barcos. 2003: Barcos, sin honra”. Dejemos aparte las comas mal puestas. Lo aberrante es esa asociación de 1898 (la guerra de Cuba) con alusión a la famosa frase “preferimos tener honra sin barcos que barcos sin honra”. La frase completa puede verse en el estupendo Diccionario de citas de W. Castañares y J. L. González Quirós. El texto completo es: “La Reina [Isabel II], el Gobierno [presidido por O’Donnell], el país y yo preferimos tener honra sin barcos que barcos sin honra”. La pronunció el almirante Casto Méndez Nuñez al bombardear el puerto de Valparaíso con ocasión de una pequeña guerra con Chile y Perú. Así pues, la frase nada tiene que ver con la guerra de Cuba. Por otra parte, la alusión a esa frase resulta disparatada en una manifestación que dice no a una guerra para desarmar a un peligroso dictador. Todo es una minúscula consecuencia de un mal bachillerato por el que han pasado las recientes cohortes de los cómicos de la farándula cinematográfica. Los cuales comparten la desgracia académica con otros muchos españoles de su edad.
Las consecuencias de un mal bachillerato
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