Menú
Alberto Míguez

El arma secreta de Gadafi

No es ningún secreto que el coronel Gadafi lleva intentando hacerse con el arma nuclear desde hace treinta años y que especialistas coreanos, pakistaníes y probablemente de la ex-URSS trabajan en este proyecto que ahora ha desvelado Sharon, aunque todo el mundo lo conociese.

Pero, en realidad, el arma secreta de Gadafi es... el caballo. Cada vez que pasa por Trípoli algún visitante ilustre le regala un équido de la afamada yeguada “Rayo del líder”, uno de cuyos ejemplares llegará próximamente al puerto de Barcelona y será instalado en las caballerizas de La Moncloa hasta el próximo mes de marzo, en que será trasladado al departamento de Cría Caballar que en estos momentos depende del consejero Carlos Aragonés. Aznar está impaciente por recibir el regalo de su nuevo amigo y ha empezado a practicar en los jardines de La Moncloa, convencido de la justeza de aquel aforismo célebre: “ladran, luego cabalgamos”.

La observación meticulosa del ejemplar regalado al presidente José María Aznar por el líder supremo de la Jamahiriya durante su histórica visita a Trípoli inspiró la tajante evaluación del dirigente español sobre su anfitrión en el sentido de que Gadafi hacía “exactamente el camino contrario que Castro”.

Fueron muchos los que creyeron que, a partir de tan amables palabras, el líder máximo libio promulgaría un paquete de medidas autorizando la existencia de partidos políticos, sindicatos obreros, diarios y radios privadas, iglesias, sinagogas y mezquitas de la rama chíita, etc. También se esperaba que las cárceles se abriesen para que salieran en libertad, siempre condicional, los disidentes encarcelados, los profesores y alumnos rebeldes, las prostitutas marroquíes, los empresarios poco comprensivos con el poder, los sacerdotes católicos y los predicadores evangelistas, los obreros y campesinos un poco gritones y los jugadores de fútbol que no marcaron tanto en el último match entre los equipos pertenecientes a los dos hijos del coronel.

Nada de esto se produjo ni tiene trazas de suceder. Gadafi sigue el camino contrario al de Castro, pero lo hace a caballo. En Cuba el último caballo se lo comieron durante las recientes y repetidas escaseces. Gadafi avanza a caballo, como un rayo, hacia la modernidad y la libertad. He ahí el arma secreta de Gadafi.

En Internacional

    0
    comentarios