Esto se pone entretenido. Roman Abramovich vendió sus acciones de Aeroflot y compró el Chelsea. Así de fácil. De oca a oca y tiro porque me toca. El Gobernador de Chukotka (73.000 encantados habitantes al noroeste de Rusia) lleva gastados en aquella zona cerca de 250 millones de dólares. La revista Forbes estimó hace poco en 5.700 millones de dólares la fortuna de este joven millonario que supo subirse con éxito a la ola de privatizaciones emprendida en su día por Boris Yeltsin. The Sunday Times le colocó también en el puesto número diecinueve de las cincuenta mayores fortunas europeas justo por detrás de Silvio Berlusconi. Sirvan estos cuatro livianos datos "biográfico-financieros" para saber a qué tipo de personaje se enfrenta Florentino Pérez. Abramovich, desde luego, no va a salir corriendo.
No es la primera vez que un millonario quiere jugar a "hundir la flota" con un club deportivo de lo que sea. Ted Turner lo intentó con los Atlanta Braves y Rupert Murdoch hizo lo propio con Los Angeles Dodger. Desde que compró el Chelsea, Abramovich ha adquirido por las bravas a Verón, Crespo, Makelele, Geremi, Muttu o Bridge. También le quitó al West Ham a dos de los jóvenes valores del fútbol inglés –Joe Cole y Glenn Jonson– que ahora mismo están "chupando" banquillo. En total se ha gastado 116 millones de euros, y ahora acaba de ofrecer otros 40 por Pavel Nedved. Florentino se enfrenta a un auténtico peso pesado que, entre otras cosas, ya le birló a Makelele en sus mismísimas narices.
¿Por qué resulta inevitable el choque de trenes entre Real Madrid y Chelsea? Abramovich tiene la misma idea que Florentino en la cabeza: un equipo plagado de estrellas. Sólo les diferencia una cosa y es que el ruso no está dispuesto a fichar un "galáctico" al año. Michel Salgado ya tiene la oferta encima de la mesa. Este verano pasado ya la recibió Raúl y el próximo podría ser Roberto Carlos. ¡En Inglaterra hablan incluso de David Beckham!
Gerhard Aigner, secretario general de la UEFA, salió hace poco criticando la actitud de Abramovich, y ahora acaba de hacer lo propio Jorge Valdano (¡sí, él!) amenazando al Chelsea ante la UEFA si se confirma finalmente la oferta por Míchel. ¿Cabe mayor hipocresía? ¿Y cómo confirmar la oferta? Es un palabra contra palabra. El ruso que se sacó la licenciatura de derecho en un sólo año está dispuesto a hundir la flota... merengue. Para Roman Abramovich es sólo un juego. Como la rayuela. Como el gua. Como la rana. La rana de Abramovich. ¿Por qué no se llevará también a Valdano?

Hundir la flota... merengue
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