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Agapito Maestre

El PSOE y la oposición

No nos engañemos, el PSOE intentará borrar a la oposición, o mejor, al principal partido de la oposición, el PP, de la política española. Los otros, los partidos nacionalistas y similares, no serán “oposición”, porque los socialistas irán a todas partes cogidos del brazo con ellos para cambiar el actual sistema político. La nación democrática española tal y como la conocemos desaparecerá, porque los nacionalistas y los socialistas impondrán un cambio de régimen. No será necesario que Rodríguez Zapatero decida los cambios, sino sólo que logre plegarse a las exigencias de los nacionalistas. La inanidad tiene sus ventajas. Para que esta operación se lleve a cabo con éxito, el PSOE sólo tendrá que actualizar el grito de Lenin, que dicho sea de paso, su antiguo Secretario General y los medios de comunicación afines al partido siguen practicando con renovados y exitosos esfuerzos. Zapatero puede, pues, seguir tranquilamente utilizando palabras retóricas sobre la “humildad” de la gobernabilidad de España, mientras sus correligionarios se encargan de poner al día el famoso grito de Lenin.
 
Me refiero al grito que el revolucionario ruso utilizó, en 1921, contra los demócratas del alzamiento de Kronstadt, aquellos famosos luchadores a favor de una “tercera revolución” apoyada en elecciones libres. Ese grito volverá a ser para el PSOE la consigna de la próxima legislatura. Vale la pena recordar las palabras de Lenin, porque será el leitmotiv principal para acabar con el régimen democrático, según fue establecido en la Constitución española de 1978. Además, los socialistas ya lo vienen practicando con gran éxito en Cataluña y en el País Vasco. Ojalá me equivoque, pero ya verán como el PSOE desconsiderará al PP, cuando éste critique las políticas socialistas por seguir a pies juntillas las exigencias de nacionalistas, terroristas y, por supuesto, las del eje franco-alemán. Será precisamente entonces, cuando oiremos los fatídicos argumentos de Lenin: “Con palabras como ´libertad de crítica` no nos engañarán... No necesitamos ahora ninguna oposición, compañeros, no es el tiempo para ello. Aquí o allá con el fusil, pero no con una oposición. Esto es el resultado de una situación objetiva, de si están conformes o no... Y pienso que la asamblea del Partido debe sacar la conclusión final de que ahora la oposición ha terminado de una vez por todas, ¡estamos cansados de la oposición.”
 
Será, en efecto, este horroroso grito final de la perorata de Lenin, “¡estamos cansados de la oposición!”, la principal dificultad que tendrá que superar la democracia española en la próxima legislatura. Mientras tanto, no olvidemos que el grito ya ha tenido efectos contrastables: cientos de sedes del PP han sido asediadas y asaltadas durante la campaña contra la guerra de Irak; en plena jornada de reflexión, e incluso el mismo día de las votaciones, no se ha dejado de hacer campaña contra el PP frente a sus sedes o contra sus líderes a la puerta de los colegios electorales; se ha firmado un pacto entre los socialistas y otros partidos para dejar al margen al PP en Cataluña y en el resto de España, y así sumen y sigan... Porque el PSOE ha demostrado en el último año que no tiene adversarios políticos, sino sólo enemigos, no cesará ni un sólo día en su empeño de destruir a su oposición. La política del PSOE en las instituciones democráticas ha sido tan débil como pobres eran sus argumentos intelectuales, sin embargo, nadie podrá negar a la vista de sus éxitos en Cataluña, Andalucía y País Vasco, que sus campañas de agitación y propaganda en las calles han tenido efectos letales para el PP.
 
En fin, si el PSOE no ha querido cerrar filas con el Gobierno de la Nación, cuando éste ha sido golpeado por el terrorismo internacional, el de ETA incluido, como hubiera sido de esperar de una oposición civilizada – acaso puede alguien imaginar a los demócratas americanos culpando a los republicanos del atentado contra las torres gemelas -, entonces nadie espere que el PSOE conceda lo más mínimo al PP en la oposición. Lo más probable es que los socialistas, como ya hiciera Stalin en su época, sigan aplicando la táctica leninista para construir a su alrededor un sistema ideológico que legitime una confederación extraña de Estados. Aplicarán, pues, al pie de la letra el grito: “¡Estamos cansados de oposición!” El campo de prueba, la consigna del tripartito catalán, o sea, el “todos contra el PP”, ha tenido un éxito extraordinario. Lo más grave es que el nihilismo de un sector de la sociedad española seguirá aplaudiendo el grito totalitario de Lenin.

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