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Fundación Heritage

Desafío a la fatalidad

La ausencia de la ONU –y la de muchas naciones por no unirse a la coalición– ahora que los iraquíes van a votar es tan dramático como decepcionante. A pesar que las elecciones son un mandato de la ONU, sólo hay 25 funcionarios de Naciones Unidas

Peter Brookes

Hay gente por ahí –y usted sabe quiénes son– más interesados en ver que la administración Bush fracase en Irak que ver que la democracia triunfe.
 
Lo lamento mucho, oráculos de fatalidad: Están ustedes a punto de llevarse una decepción.
 
Una encuesta recientemente presentada por el muy respetado Instituto Republicano Internacional (IRI) del National Endowment for Democracy nos dice que las elecciones iraquíes del domingo serán mucho más exitosas que las predicciones de los deslenguados fatalistas.
 
IRI encuestó 16 provincias iraquíes del 26 de Diciembre al 7 de Enero. Y nos muestra que “los números de participación entre los iraquíes son constantes (comparados con encuestas previas), con un 80% afirmando que votarán o que se inclinan por ir a votar el 30 de Enero”.
 
Eso sería un 80% contrastando con las elecciones americanas que fueron del 60% en Noviembre, el porcentaje de participación más alto desde 1968.
 
Hay más: La encuesta también nos indica que más de la mitad de todos los iraquíes que habitan en las áreas sunníes problemáticas – y casi la mitad de los sunníes – piensan votar o quieren ir a votar.
 
En otras palabras, a pesar de la violencia, la minoría sunní de Irak será quien decida que es mejor estar dentro que fuera cuando la Asamblea Nacional redacte la  constitución posteriormente este año.
 
Además, casi la mitad de los encuestados (el 45%) dijo que ahora apoyan o se identifican mucho con alguno de los partidos políticos inscritos para las elecciones, eso es tres veces más que desde Mayo.
 
La encuesta también nos dice que: Los iraquíes siguen siendo optimistas acerca del futuro de su país mientras se preparan para sus primeras elecciones democráticas de la era post Sadam”. Más del 52% dijo que su país mejoraría en 6 meses. Y el 60% espera que las condiciones mejoren en un año. Y aun muchos más (el 65%) piensan con optimismo en Irak dentro de 5 años.
 
Y a pesar que la seguridad permanece como un tema crítico, la economía crece en importancia. La encuesta revela que al gobierno “se le reconoce haber mejorado los sueldos y el ambiente económico en general”.
 
Sólo organizar estas elecciones es ya un enorme éxito en sí. Los iraquíes desafían a los insurgentes:
-Aun bajo constante acoso y amenaza terrorista más de 7500 candidatos de más de 111 partidos políticos se presentan para llenar los 275 escaños y los 18 consejos provinciales.
 
-Casi 100.000 policías y soldados custodiarán los 6.000 colegios electorales en un país del tamaño de California.
 
-12 millones de iraquíes incluyendo mujeres, de los 14 millones posibles votantes, se han registrado para votar pese al fragor de la insurgencia.
 
-1.2 millones de iraquíes podrán votar desde el extranjero en 14 países incluyendo 230.000 sólo en Estados Unidos.
 
Ahora, todas estas son noticias prometedoras, un rayo de sol irrumpiendo entre las negras nubes de la insurgencia. Aunque nadie podrá decir que el proceso del domingo será perfecto. Frustrar estas elecciones puede ser la última esperanza para los insurgentes y terroristas en Irak. La última cinta de Abu Musab Al- Zarqaui de Al-Qaeda nos confirma lo que ya sabíamos: Ellos están muy decididos a atacar con toda su maldad –entrelazando el acto de votar con producir la máxima violencia y la mayor carnicería si es posible.
 
La ausencia de la ONU –y la de muchas naciones por no unirse a la coalición– ahora que los iraquíes van a votar es tan dramático como decepcionante. A pesar que las elecciones son un mandato de la ONU, sólo hay 25 funcionarios de Naciones Unidas (y ningún europeo) para dar asistencia técnica pre-electoral. Aun hay mucho trabajo por delante. Ahora es la hora de la coalición, tiene que ir al ataque. Es la mejor manera de retardar o prevenir las tramas de los terroristas que matan inocentes y buscan interrumpir las elecciones.
 
También debemos ajustar nuestra propia diplomacia pública. El canal de televisión en árabe, financiado por Estados Unidos,  Al Hurra (en árabe significa “El libre”) ya juega un papel clave dando minutos a los candidatos iraquíes y haciendo anuncios de servicio público sobre las elecciones.
 
Washington debe recurrir donde sea a los líderes musulmanes para que motiven a los iraquíes a votar. La mayoría no lo hará, ya que lo ven como que va en contra de sus propios intereses represivos. Pero la gente del mundo musulmán, que se merece una reforma política, debería oír su silencio.
 
Las primeras (verdaderas) elecciones democráticas en la historia iraquí sentarán otro precedente en Oriente Medio. Servirán como otro recordatorio más, al igual que Afganistán, que la democracia, el islam y el mundo musulmán sí son compatibles.
 
Este es sólo el principio. Y a pesar de las esperanzas egoístas y equivocadas de algunos que quieren que Estados Unidos y sus socios fracasen, los iraquíes son muy capaces de lograr el éxito en estas benditas elecciones.
 
Peter Brookes ha sido Sub-asistente de la Secretaría de Defensa de los Estados Unidos, asesor del Presidente George W. Bush y actualmente es Miembro Senior de la Fundación Heritage, columnista del New York Post y Director del Centro de Estudios Asiáticos.
 
©2005 Peter Brookes
©2005 Traducido por Miryam Lindberg

Libertad Digital agradece a la Fundación Heritage el permiso para publicar este artículo

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