Menú

USA, una fuerza de bien

Claramente, Estados Unidos es una indispensable fuerza de bien en el mundo. Estamos haciendo un buen trabajo ayudando a otros, pero eso no es suficiente. Ahora necesitamos hacer un mejor trabajo promocionando nuestras buenas acciones

Edwin J. Feulner

Dice una teoría que: “Grandes personas dirigen los acontecimientos de la Humanidad”. Aparecen figuras impresionantes, asumen la responsabilidad y transforman la Historia, para bien o para mal. Quizá sea el momento de actualizar la teoría de “Grandes personas” aunque la fuerza transformadora de la Historia actual no es una persona. Es un país: Estados Unidos.
 
Desde el 11-S hemos liderado coaliciones para desbancar gobiernos tiránicos en Afganistán y en Irak. Hoy unas 50 millones de personas están disfrutando de los frutos de la democracia por primera vez.
 
Y recientemente, tomemos en consideración nuestra respuesta al tsunami del Océano Índico. En cuestión de días, las fuerzas militares americanas estaban allí en el escenario de la catástrofe, repartiendo alimentos y ayuda médica al igual que refugio para una cantidad incontable de víctimas.
 
Entonces ¿por qué las pullas de ciertos funcionarios internacionales?
 
Justo después del desastre, un líder de la ONU criticó a Estados Unidos por ser “miserable”. Difícilmente lo somos. Nuestro gobierno ha terminado ofreciendo más de 350 millones de dólares cuando la extensión del desastre se hizo patente. Y eso excluye todas las donaciones privadas que sobrepasarán la ayuda gubernamental de la mayoría de países.
 
Tengamos en mente que la única manera eficiente de entregar toda esa ayuda es vía las fuerzas militares americanas. Eran barcos y helicópteros americanos los que entregaban la ayuda. Eran soldados americanos quienes la distribuían. Esto nos costará muchos millones más aparte de nuestra contribución de 350 millones de dólares. Este tipo de misión humanitaria realza la admirable adaptabilidad de nuestras fuerzas militares.
 
Las fuerzas armadas de una nación, al fin y al cabo, son para la protección de la nación. Pero nuestros militares también hacen una labor excelente, ayudando desinteresadamente a otros países. Como bien dijo un alto cargo militar a los periodistas el 12 de Enero: “Estamos aquí para ayudar a los indonesios, estamos en Tailandia para ayudar a los tailandeses, estamos en Sri Lanka para ayudar a la gente de allí...”
 
En otras palabras, no imponemos nuestra ayuda, daremos ayuda mientras la necesiten y después iremos desapareciendo sin aspavientos. “El tiempo que nos quieran allí es una decisión soberana, si ellos quieren que nos vayamos, nos iremos” añadió este alto cargo. Pero por ahora, no quieren que nos vayamos. Como me dijo un importante líder indonesio recientemente en Yakarta: “¡Gracias a Dios por los soldados americanos! Es el único grupo organizado y capaz de responder a esta crisis”.
 
Claramente, Estados Unidos es una indispensable fuerza de bien en el mundo. Estamos haciendo un buen trabajo ayudando a otros, pero eso no es suficiente. Ahora necesitamos hacer un mejor trabajo promocionando nuestras buenas acciones.
 
De acuerdo al Consejo de Ciencia de la Defensa, grupo de consultores del Pentágono, nuestra diplomacia pública está en crisis. Dicen que nuestro gobierno debe hacer un mejor trabajo comunicando “al público mundial y doméstico en formas que sean creíbles  y permitirles que hagan juicios de opinión informados e independientes”. Continúa diciendo que: “Estos mensajes deben buscar reducir, no aumentar, la percepción de arrogancia, oportunismo y de doble moral”.
 
En la última edición del libro “Mandato para liderar” de la Fundación Heritage, hemos preparado algunos pasos que el gobierno debería tomar para mejorar la imagen internacional de Estados Unidos. Helle Dale y Stephen Johnson han escrito que Estados Unidos debería crear dos nuevos puestos: Un coordinador de Diplomacia Pública en el Consejo de Seguridad Nacional y un reforzado Subsecretario para la Diplomacia Pública dentro del Departamento de Estado. Esta gente podría trabajar modelando una diplomacia pública efectiva que apoyase la política exterior americana.
 
El gobierno de Estados Unidos también debería centralizar sus operaciones de servicios especiales de asistencia pública. Por ejemplo, necesitamos asegurarnos que los profesionales de la diplomacia pública del Departamento de Estado estén trabajando en tándem con nuestros militares especialistas en comunicación.
 
Necesitamos explicar lo que estamos haciendo para ayudar al resto del mundo y convertirnos en un recurso para quien sea que esté buscando información en cualquier parte. Podemos dar unos simples pasos en esa dirección expandiendo nuestro alcance a través de emisiones en “La Voz de América” y abriendo más bibliotecas americanas en otras ciudades del mundo.
 
Los americanos no quieren que se les agradezca pero no es mucho pedir que se nos aprecie como una importante fuerza de bien. La diplomacia pública puede ayudar. Nos ayudó a ganar la Guerra Fría y nos puede ayudar a ganar corazones y mentes en la guerra global contra el terrorismo.
 
Edwin Feulner es el Presidente de la Fundación Heritage.
 
El libro Mandato para liderar (en inglés) puede descargarse gratuitamente, en formato PDF
 
©2005 The Heritage Foundation
©2005 Traducido por Miryam Lindberg
 
Libertad Digital agradece a la Fundación Heritage el permiso para publicar este artículo.

En Internacional

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal