Menú

Trabucamientos y humoradas

(En el mostrador de facturación de una línea aérea): "Nos hacemos cargo de sus maletas y las enviamos en todas las direcciones".

Manuel González Cudilleiro amplía la divertida serie de los anuncios de la parroquia que me envió José Luis González Quirós.

  • (En una parroquia): "Visite el cementerio donde están enterrados muchos ilustres vecinos diariamente excepto los domingos".
  • (En un hotel): "Dado lo impropio de recibir visitas del sexo opuesto en el dormitorio, sugerimos utilizar el pasillo para ese fin". O también "ocuparse con placer de su ropa interior es trabajo de la camarera".
  • (En una tintorería): "Caballero, quítese aquí los pantalones con resultados garantizados". O también, "Señora, deje aquí su ropa y disfrute de la tarde".
  • (En el mostrador de facturación de una línea aérea): "Nos hacemos cargo de sus maletas y las enviamos en todas las direcciones".
  • (En la consulta del médico): "Especialista en mujeres y otras enfermedades".

Eduardo Fungairiño aporta un divertido anuncio leído en la playa de Zarauz (Guipúzcoa): "Se ha encontrado un jersey de niño verde; y una pulsera de señora de oro".

José María Iboleón Adarraga (Sevilla) envía algunos trabucamientos recogidos al oído:

  • "Cuando me enfado, me pongo hecho un obelisco" (= basilisco).
  • "No lo sé, porque lo ignoro".
  • "Hemos visto varios monumentos, entre ellos un abdomen" (= dólmen).

Susana Fontán anota una serie de festivos trabucamientos que pronuncia una tía suya:

  • "Cada uno hace de su capa un cosaco" (= sayo).
  • "No llegará la leche (= sangre) al río".
  • "No me recompensa" (= compensa).
  • "Maté un pájaro de dos tiros" (= dos pájaros de un tiro).
  • "En cuanto le vi los dientes (= las orejas) al lobo…"
  • "Lo mejor para descansar es tomar un buen mortífero" (= somnífero).

Agustín Fuentes proporciona un estupendo trabucamiento, la voz alperujo, que es una mezcla de "alpechín" (= líquido que sale de las aceitunas apiladas) y "orujo" (= residuo de la aceituna molida y prensada).

De paso, don Agustín se extiende sobre la idea de lo ambiguo que yo tanto celebro. Recuerdo su definición aplicada al lenguaje: "Que puede entenderse de varios modos o admitir distintas interpretaciones y dar, por consiguiente, motivo a dudas, incertidumbre y confusión". Para mi las dudas, la incertidumbre y hasta una cierta confusión no son efectos rechazables sino atractivos. De ahí, por ejemplo, la gracia de los juegos de palabras o los trabucamientos. No estoy muy acorde con el sentido que da don Agustín a la ambigüedad como "algo asociado a amorfo e isótropo; si, al verlo, no dice nada, ni es posible definir ni concretar nada sobre la cosa en cuestión". Antes bien, entiendo que la ambigüedad es una maravillosa cualidad del lenguaje para que pueda significar varias cosas al tiempo. Obsérvese que en el diccionario la mayor parte de las voces tienen varios significados.

Son innúmeros los trabucamientos que resultan de combinar festivamente dos frases hechas. María Moreno añade estos dos:

  • "No por mucho madrugar buena sombra te cobija"
  • "El que a buen árbol se arrima amanece más temprano".

Diego Martín-Montalvo Cortés aporta nuevas versiones:

  • "Vámonos, que es gerundio".
  • "Cuando se me llena el local de gente, es que me entra una xenofobia…" (= claustrofobia".
  • "Y apareció disfrazado de demonio con un estridente (= tridente) en la mano".
  • "Como estás adelgazando, te estás quedando como una sífilis" (= sílfide).

Diego López Ordóñez lamenta que el DRAE haya admitido ese anómalo masculino de guardés, el que guarda una casa. Don Diego acierta al referirse a "los guardeses", como "el matrimonio ─esto es, el guarda y su esposa─ que por lo general desempeña alguna otra función en el cuidado y mantenimiento de la casa en la que el marido presta sus servicios de vigilancia". Muy bien visto. No es lo mismo la función de los guardas o vigilantes (seguratas) de una urbanización que la de los guardeses que viven en una casa y que la cuidan junto a otras edificaciones de la finca. De guarda vino guardesa, y de ese femenino salió guardeses. Es una derivación anómala pero simpática. Tengo para mí que se trata de un madrileñismo que luego ha cuajado en otras partes de España.

Luis Miguel Delgado me envía un piropo, cosa siempre de agradecer: "Es usted, si me permite la expresión, como el postre en una comida". Espero que no sea el postre como algo prescindible. Pero entiendo que la metáfora se traiga aquí con afecto. Para celebrar ese lado festivo, don Luis Miguel añade esta charada: "¿Sabe una palabra que contenga cuatro letras U? Muy fácil: cucudrulu . ¿Con seis letras U? Utru cucudrulu ".

En Sociedad

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal