En esta seccioncilla caben las opiniones sobre los asuntos políticos cuando se presentan con el excipiente lingüístico. Se ha dicho que las discusiones políticas acaban siendo semánticas. Esta es la opinión de Alfonso González:
Habría que preguntarse a que van nuestras tropas al Líbano. Porque lo lógico es que su misión fuera desarmar y disolver a la organización terrorista Hezbolá que es la que está cometiendo atentados contra Israel y esclavizando a la población del Líbano, reconociendo los peligros que conlleva acudir a aquel avispero. Pero me temo que, conociendo a ZP, y más después de la embajada en nombre suyo de Felipe González a Irán, lo que de verdad le apetece es acudir a la zona para proteger a Hezbolá de manera que puedan seguir desestabilizando la zona. Y para eso yo no quiero que se arriesguen nuestros soldados.
Mi opinión es exactamente la misma que la de don Alfonso. Como puede verse, la cuestión es semántica. Las tropas que enviamos al Líbano no son para garantizar la paz sino para alentar a los terroristas musulmanes. Solo que esos terroristas se conocen oficialmente en España como resistentes o guerrilleros.
Juan M. se pregunta qué sentido ha tenido la ruidosa huelga de los trabajadores del aeropuerto del Prat cuando lo que solicitaban ya lo habían conseguido. A saber, que iban a seguir en sus puestos de trabajo fuera quien fuera la empresa adjudicataria del handling. Don Juan se malicia que todo ha sido una patraña por parte de los sindicatos para ayudar al Gobierno de la Generalidad a hacerse con la gestión del aeropuerto. Eso mismo sospeché yo el mismo día de la huelga y así debe de constar en los archivos sonoros de la COPE. Me sumo a la conclusión de don Juan: "Conociendo las maneras de ZP, no tendría nada de extraño".
Jesús Mª Rodríguez me cuenta un caso insólito que transcribo para que alguien más se indigne. Don Jesús Mª, junto a otros afectados por la intervención gubernamental de AFINSA, se manifestó delante de la sede del PSOE. El objetivo era el de reclamar los ahorros que habían perdido, protestando de una manera pacífica. Un policía le pidió educadamente la documentación (con el fin de hacer un informe) y el hombre entregó su DNI. A los pocos días le llegó una notificación con una multa de 600 euros. Añado que todo eso sucede mientras los terroristas vascos se manifiestan abiertamente siempre que quieren. Extraña ley del embudo.
Francisco (un ingeniero, a lo que parece) se define así ideológicamente: "Sinceramente no me considero de ningún partido –ni del Barça ni del Madrid– cosa que también parece que ver con la política. Quizá por fastidiar a los actuales ineptos en el poder [Gobierno de España] me consideraré temporalmente del Madrid. Pero la palabra progreso y su derivado progresista me gusta. Se la ha apropiado una tendencia política que no veo que haga honor a ella". Me identifico mucho con la posición de don Francisco. Es más, sostengo que casi todas las medidas tomadas por el actual Gobierno de España son contrarias al progreso de los españoles. Lo chocante es que el "progresismo dominante" se impone por todas partes. Es la gran paradoja de nuestro tiempo. Me permito recomendar mi último libro, Escritos contra corriente (Espasa), en el que se desarrolla esa idea.
Iván Cosmen se incorpora al concurso para conceder epítetos al presidente Zapatero. Propone "Zapatero el Grotesco" por asimilación al personaje de Mr. Bean, el cómico inglés que se asoma por la ventana del televisor. Para mí que es el llamado Pepiño Blanco quien se parece más a Mr. Bean. Donosa coincidencia.
Agustín Fuentes se apunta al concurso de epítetos para Zapatero y acude al alemán: Luftmensch, esto es, literalmente, "Hombre-aire". Traducido libremente quedaría en Zapatero, el Pompa. "Es decir, una burbuja endeble, vacía y de membrana débil, que flota a favor de vientos varios y se mueve y deforma a la voluntad de ellos, que puede explotar en cualquier momento y que dejará unas salpicaduras que habrá que limpiar".
Santiago Roig (Vinarós, Castellón) propone Zapatiesto como epíteto jocoso para el concurso abierto sobre Rodríguez Zapatero. "Indica la zapatiesta que ha organizado gratuitamente y que la cabeza de ese sujeto es como un tiesto, dura y llena de tierra o de turba; lo que sugiere también que es un perturbado". Se prueba, una vez más, que muchas voces que empiezan con zeta se pueden utilizar como invectivas.
Es increíble la variedad de apelativos que los libertarios aplican a Zapatero. Uno de ellos, que quiere permanecer anónimo, propone "mastuerzo", un despectivo masculino: "hombre necio y porfiado". José Olivares prefiere otro adjetivos: "engañabobos", esto es, "persona que pretende embaucar o deslumbrar".
La imaginación libertaria no tiene límites. Continúa la cascada de iniciativas para buscar el epíteto de Zapatero ánimo jocandi . Agustín Fuentes propone el vulgarismo capaliendres en su "definición albaceteña para el que se ocupa de cosas innecesarias y deja las importantes por hacer". Excelente concepto.
