Joaquín Martínez Maneiro se irrita porque compare la voz baturro con donostiarra. Hombre, no se enfade, la comparación era puramente formal, esa erre reduplicada que acompaña a tantos gentilicios populares: baturro, charro, donostiarra, churro, etc. Ya sé que donostiarra quiere decir nacido o residente en San Sebastián. En vascuence el "santo" se interpreta como "don" (= de dóminus); de ahí Donosti como San Sebastián.
Por otra parte, don Joaquín comenta que lo de baturro podría interpretarse como un insulto, ya que significa "pueblerino o aldeano". Aunque dice también don Joaquín: "Tengo varios amigos de Zaragoza y, sinceramente, dudo que les moleste que los llamen baturros... Claro que, al final, todo lo que usted ha escrito puede que no sea más que otra de sus invectivas habituales, solapadas o no, hacia los que no piensan como usted. Un atento saludo y sea más tolerante, que no le hace mal a nadie, incluido usted". Me pregunto qué tendrá que ver el baturro con las témporas. Vamos a ver, en esto de los gentilicios populares puede que algunos sean insultantes, pero se trata de darles la vuelta y los insultos se pueden convertir en motivos de sano orgullo. El ejemplo típico es "protestante".
A lo largo de mi vida he tenido que ser forastero muchas veces, y así he sido maqueto en San Sebastián, charnego en Barcelona, churro en Valencia, gachupín en México y ahora hispanic en Texas. En todas partes he dicho: a mucha honra. Solo en Madrid me encuentro con que no hay etiqueta negativa para el forastero. No sé si esa reflexión particular la considerará don Joaquín como una "invectiva hacia los que no piensan como yo". Si es así, pido perdón a los donostiarras, los barceloneses, los valencianos, los mexicanos y los texanos. En todos los lugares en los que he sido forastero me he encontrado muy bien. Tengo visto que la proporción de cretinos es aproximadamente la misma (alrededor del 20%) en todas partes.
Mario Guardia, Sitges (Barcelona) recuerda que su padre, zaragozano, llamaba baturros a los de Teruel, fatos a los de Huesca y maños a los de Zaragoza. Curiosa tipología.
José R. Perdigón (Greenhills, San Juan del Monte, Filipinas) aduce que lo de baturro no puede ser un insulto cuando existe esta jota, que cantaba, por ejemplo, Plácido Domingo:
Baturra, te quiero
Baturra, te adoro
por tu carita de rosa,
por tu hablar zalamero.
Gloria Lumbierres (oscense pero no fosca, diseñadora de joyas) me envía esta perla del Diccionario Etimológico Aragonés: "baturro: rústico, hombre de campo de Aragón". "Maño: expresión cariñosa, significando amigo, compañero, hermano". Concluye doña Gloria: "Yo nunca me ofendo cuando me llaman moza baturra". Para mí, decirlo es un elogio.
Sigo dándole vueltas al asunto de la tolerancia. No veo por qué puede ser intolerante recoger las expresiones del pueblo. Lo que sí he visto mucho Torquemada clamando por la tolerancia.
Ya sabía yo que Jesús Lainz (cántabro y cantabrista) me iba a aclarar lo de la Plaza de la Constitución de Laredo. Antes se llamó Plaza del Generalísimo, como estaba mandado. En algún momento anterior se llamó de la Constitución de 1812" y así figura en la vieja placa correspondiente, pero todo el mundo entiende que hoy es la Plaza de la Constitución de 1978. Insisto: si la placa dice "de 1812" esa es la Constitución que priva, y me parece muy bien. Cierto es que "la Pepa" de 1812 nunca estuvo realmente en vigor, pero ha sido el documento político más influyente de la Historia contemporánea.
J. R. Perdigón (Greenhills, San Juan del Monte, Filipinas) argumenta que, puesto que todos los españoles venimos obligados a decir en español Lleida o Girona, ese mismo principio se podría aplicar a otros muchos topónimos. Así Eesti Vabariik (Estonia), Magyarország (Hungría), Taehan-Mirigok (Corea del Sur). Se admiten propuestas
Manix sostiene que el nombre madrileño de Plaza de Oriente se debe a que sitúa al este del Palacio Real. Precisa: " El nombre de la Plaza de Oriente deriva de encontrarse al oriente del Palacio Real. A raíz del advenimiento de la Primera República, lo de "Real" sonaba muy mal, por lo que se le empezó a llamar (el) Palacio (que está en la Plaza) de Oriente, lo cual parece bastante redundante, pues sonaría tal que: El Palacio que está en la Plaza de Oriente del Palacio."
