Creo que hay que dar una vuelta a la forma que tengo de contestar a los comentarios de los corresponsales. No doy abasto a tantas preguntas, sugerencias, opiniones. Simplemente, voy a ir contestando sobre la marcha a lo que me dicen. Lo que pueda perder este escrito mío en coherencia y sistema lo ganará en espontaneidad. Así pues, habrá contradicciones y repeticiones, pero el medio es el mensaje. Esta seccioncilla no puede ser una cosa académica, sino un desahogo.
José Antonio Martínez Pons me indica que la palabra "falsar", introducida por Karl Popper, es la clave de la ciencia actual. Significa que las teorías están en constante revisión. No se trata de saber lo que es el mundo, sino de verificar si los hechos observados permiten predecir el futuro inmediato. Si la predicción falla, entonces es que la teoría requiere un nuevo planteamiento. Mi opinión es que, por mucho que se llame "falsar" a esa técnica, es lo que se ha venido haciendo desde los griegos por parte de los filósofos y científicos. No son seres extravagantes. En la vida cotidiana todos utilizamos ese procedimiento de manera rudimentaria. Es lo que popularmente se llama "tanteo".
Jaime Boira observa el abuso que se hace de lo de las "reflexiones" en el lenguaje periodístico; muchas veces se quiere encubrir con ello la intención de preguntar algo. En efecto, yo también he notado el abuso del terminacho "reflexiones" en las tertulias. Hacer preguntas es una operación difícil. Lo más socorrido es disfrazarlas de "reflexiones" en voz alta, lo que no deja de ser una contradicción. Por otra parte, da mucho prestigio ese aire de "reflexionar", lo que esconde muchas veces simples lugares comunes.
Fernando Marcos nos aclara otra palabreja de moda, el famoso "rescate" de las economías nacionales. Dice nuestro libertario que esa operación en inglés es "bailout", que equivale a "saltar en paracaídas antes de que el avión se estrelle". El "bailout" particular que hacen algunos es llevarse el dinero a Suiza o a algún otro paraíso fiscal. Eso es lo que dice irónicamente don Fernando. Añado que el famoso "bailout" se puede traducir por "rescate" de una economía, pero no en el sentido de lo que se paga por un secuestro. Se quiere indicar algo así como el salvavidas que se arroja a un náufrago para que se mantenga a flote. Con la particularidad de que esa operación de salvamento no es gratuita; hay que pagarla adecuadamente, con intereses y todo.
José Quevedo anota algunas locuciones que se repiten sin mucho sentido; por ejemplo, "es la verdad que..." o "pienso de que...". La primera es correcta; equivale a anteponer una cláusula de humildad, una especie de expresión adversativa. Debo decir que yo mismo la empleo mucho. Lo de "pienso de que..." es simplemente un error. Basta decir "pienso que...". Aunque, bien mirado, lo de pensar queda por dentro, no debe manifestarse. El resultado expreso del pensamiento es una creencia, una opinión, la observación de una realidad.

