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Juan Morote

Los aliados de Bono

Para ganar los comicios no bastarán los aliados de siempre, quienes muevan los grupos de presión dentro del partido para inclinar las primarias en uno u otro sentido. La victoria en las generales supone algo más.

En esto de la política uno nunca sabe dónde están muchos; así, lo bien cierto es que nunca sé do mora Bono. Este manchego tan de sí mismo y de los suyos tiene a sus partidarios en ascuas acerca de cuál será su próxima canonjía. A este, igual le da ganar dinero a costa del contribuyente con el tema del caballo, que ir a comer rosquillas a San Carlos Borromeo con Zerolo o la señora madre de Zerolo.

Don José, como le llaman sus paisanos, ha demostrado que siempre ha sabido encontrar aliados o colaboradores que faciliten la prosperidad de sus negocios. Desde las tiendas al hipódromo, pasando por el sector inmobiliario, todo le ha ido rodado. La pena es que no le haya ido cuesta abajo en la rodada como en el tango. Su trayectoria política y su itinerario de engorde patrimonial han seguido rumbos parejos, en ambos campos siempre ha encontrado buenos aliados que le hicieran prosperar.

Fue Bono quien dijo que no volvería a cruzar el Tajo, en alusión a su fingido intento de abandonar aventuras más allá de Toledo, abandonando su posible futuro en la política nacional. Tampoco fue esto cierto. Duró menos que el agua en un cesto de mimbre su decisión de permanecer en la Mancha. Sin duda, no le faltaron adláteres que le animasen en elección tan compleja. Después de todo este periplo, Bono está deshojando la margarita de su posible candidatura a las primarias del PSOE. Al fin y a la postre, si Rubalcaba sale tocado de la delictiva indecencia del Faisán, y Carme Chacón no se ganara el apoyo de los socialistas que aún creen en España, quizá sea el momento del retorno de Bono.

Para concurrir a las primarias, le será muy fácil ganar adeptos, no le faltarán pelotas que le adulen y lisonjeen. Sin embargo, esto solo habrá servido para ser el cabeza de cartel en unas generales. Para ganar los comicios no bastarán los aliados de siempre, quienes muevan los grupos de presión dentro del partido para inclinar las primarias en uno u otro sentido. La victoria en las generales supone algo más. Pensando en esto, Bono se despachaba ayer en la radio diciendo literalmente que enfrente no estaba ni Cánovas ni Sagasta, y en cambio que los casi cinco millones de parados van a ser sus cómplices. Conociendo cómo se las gastan estos tíos sociatas, me pregunto de qué delito quiere Bono que sean cómplices cinco millones de personas.

Creer que Rodríguez Zapatero va ahora a ponerse en su sitio y proceder a poner en marcha todas las medidas estructurales que España necesita, tal y como afirma Bono, es ciencia ficción. El peor presidente del Gobierno de España tratará de pasar al recuerdo como el gran paladín del buenismo y defensor del consenso. Para esto tampoco le faltarán aliados, pero los parados a los que aludía Bono confío en que al menos no serán los suyos.

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