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Agapito Maestre

¿Socialismo o barbarie?

El irracionalismo socialista ha batido todos los récords de desvergüenza, cinismo e inmoralidad en la campaña andaluza. La señora Valenciano ha llegado a decir que si gana el PP, no solo peligra la democracia sino que los andaluces nunca serán felices

Las campañas electorales de los socialistas nunca se han caracterizado por la discusión de programas, análisis de propuestas y debates de carácter más o menos racional con sus contrincantes políticos, sino por los trazos gruesos y exagerados del irracionalismo de representar al resto de fuerzas políticas, especialmente a los candidatos del PP, como apestados sociales. La arena electoral fue siempre para los socialistas el lugar ideal para estigmatizar al adversario político hasta el punto de convertirlo en un enemigo horrible, entre otras cosas, porque ellos siempre se presentaban como los representantes del bien.  

Sin embargo, el irracionalismo socialista, en la actual campaña de las elecciones en Andalucía, ha batido todos los récords de desvergüenza, cinismo e inmoralidad. La señora Valenciano ha llegado a decir que si gana el PP, no sólo peligra la democracia sino que los andaluces nunca serán felices. Este tipo de declaración apocalíptica es propia de terroristas de la época de la Revolución francesa. El irracionalismo del PSOE, como en otras campañas, no ha estado solo, sino que está muy bien acompañado por millares de profesores de enseñanza media y universitaria que no han cesado, desde hace meses, de repetir la consigna revolucionaria: “Si gana el PP, se cargarán todo”; “si gana el PP, se cargarán las pensiones, los hospitales, la enseñanza y, en fin, todos los servicios sociales”. También los cárteles y panfletos que dominan las universidades andaluzas son una continúa apelación al miedo que traería a  la sociedad una victoria del PP. Periodistas, vinculados a Canal Sur y a otros cientos de medios socialistas, han lanzado cientos de soflamas de carácter tan revolucionario como apocalíptico contra el PP y siempre, naturalmente, amenazando sobre el terror que traería una victoria del PP.

¿Por qué han recurrido los socialistas a este tipo de campaña de catastrofista propia del socialismo más viejo y ajado? Es obvio, en primer lugar, porque no tienen nada que ofrecer salvo estigmatizar al adversario; pero, sobre todo,  porque tratan de eliminar cualquier mínimo análisis de carácter racional de la Autonomía andaluza. En otras palabras, cualquier persona con un poco de “sentido común” percibe inmediatamente lo obvio: son excesivos 34 años de gobierno seguidos; los datos de educación, paro, sanidad, etcétera son los peores de España; la comunidad andaluza es el arquetipo de comunidad corrupta, por ejemplo, cómo se puede obviar que Griñán se presenta con un consejero imputado, un exdirector general en la cárcel, etcétera, etcétera. Por lo tanto, los socialistas han optado por elevar la campaña típica del miedo (a que viene la derecha) hasta la enésima potencia. Con este griterío ridículo de “socialismo o barbarie” tratan de encanallar a toda la sociedad contra la política en general y contra el PP en particular.

Por suerte, la indeterminación democrática, o mejor dicho, que el voto sea secreto, puede deparar grandes sorpresas y sustos a los socialistas la noche del 25 de marzo. Su campaña de “socialismo o barbarie” los silenciosos y sufridos electores la han traducido en otra alternativa más real, a saber,  “sentido común” o “irracionalidad socialista”. Estoy convencido de que la mayoría de los ciudadanos optarán por el sentido común;   sospecho que bajas están las expectativas socialistas en las encuestas, pero creo que aún serán más bajas en los resultados reales, porque los que callan, en este caso, cuando se les pregunta en los sondeos de opinión, votarán al PP. El miedo, que han creado los socialistas en esta campaña electoral, ha sido tan exagerado e indecente que la gente ha preferido guardar silencio e indiferencia por educación, pero el día 25 con su voto castigará todo el daño y las ofensas gratuitas que los socialistas han dirigido a los ciudadanos de Andalucía.   

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