Menú
Antonio Robles

¿Quiere que le toque el Gordo?

El pacto ERC-CiU marca con toda crudeza el camino irreversible hacia el enfrentamiento.

La transición nacional basada en el derecho a decidir del discurso de investidura de Artur Mas nos ha demostrado que el modelo territorial del Estado de las Autonomías ha servido para lo contrario de para lo que fue diseñado. En lugar de diluir los conflictos derivados de las reivindicaciones regionales, los ha atizado y alimentado. A estas alturas, seguir sosteniendo que ha sido un acierto es confundir el ideal descentralizador que lo concibió con la fuerza de los hechos disgregadores. Considerar la deriva independentista de Artur Mas una excepción al sistema son ganas de enrocarse en el ideal. Acuérdense del Plan Ibarreche y de los innumerables conflictos territoriales de cada día.

El pacto ERC-CiU marca con toda crudeza el camino irreversible hacia el enfrentamiento. Si se quería evitar, los hechos demuestran que lo ha avivado. Y fíjense que digo "camino irreversible al enfrentamiento", no hacia el Estado propio, el derecho a decidir o el referéndum por la independencia. Ese fin puede que nunca lo alcancen, pero lo seguro e inevitable es el conflicto permanente y el enfrentamiento con el Estado, que está condenado a garantizar el imperio de la ley. No hay salida, los delirios de unos y la legalidad del Estado son incompatibles, y por ende el enfrentamiento es inevitable. E impredecible. Ese es el drama.

Ya ha empezado. Los titulares de la prensa han subrayado la voluntad del Gobierno español de utilizar todos los mecanismos legales para frenar el pacto por la ruptura. Entre ellos se cuentan la inhabilitación de los responsables de la prevaricación, la aplicación de los artículos 104 y 410 del Código Penal o incluso el artículo 151 de la Constitución, capaz de suspender la autonomía. El nacionalismo saliva.

Deben de estar muy excitados. La sola mención de inhabilitar a Mas o suspender la autonomía de Cataluña les debe de haber provocado un subidón de victimismo sin precedentes. Más de uno habrá abierto cava del caro. Sentirse perseguidos les pone. Mejor dicho, viven de ello. Y con ello avivan el rencor contra el "imperialismo" de España. Todo muy infantil, irresponsable y previsible. En la línea de la pregunta prevista para la consulta ilegal: "¿Desea que Cataluña sea un nuevo Estado de la UE?". Ayer mismo se me acercó un vendedor de lotería y me preguntó: "¿Quiere que le toque el gordo de Navidad?".

PD1. Por primera vez, el Gobierno del PP parece decidido a cortar el mal de raíz. Curiosamente, lo hace cuando CiU pacta con ERC. Desgraciadamente, no serán los intereses nacionales de España los causantes, sino el pacto económico con ERC, que cuestiona sus intereses económicos de clase. Unos verdaderos patriotas. Si CiU se hubiera avenido a pactar con el PP, seguiríamos subvencionándole la independencia y el adoctrinamiento lingüístico y cultural. Al final, ERC nos hará un favor. Abróchense los cinturones.

PD2. Los nuevos impuestos y recortes anunciados por Artur Mas en su discurso de investidura acabarán por espantar de Cataluña a los emprendedores. La Cataluña productiva nacida de la revolución industrial llega a su fin. De tanto amar a Cataluña, la están destrozando. Y de paso, le están regalando oxígeno empresarial a su odiada y liberal Madrid. Se empieza por el intervencionismo cultural y se acaba por maniatar a quienes podrían generar riqueza. No hay nada menos catalán que esto.

Temas

En España

    0
    comentarios