Nos deja Gris-ñán. Dice que se va (aunque sin irse, como en el corrido mexicano; que se irá… ¡en el 2016!) porque, dice, hay que entregar el gobierno de la nave a nuevos pilotos. Abandona, pues, Palinuro –por seguir la metáfora náutica usada por el propio interesado– el timón de la nao andaluza, buque insignia –o vestigio, vete a saber– del socialismo patrio. Nuestro grito desgarrador, como el de Lanzarote ante la abandonada Excalibur ¡… la tierra sin Rey!, cruzará Despeñaperros. Porque es probable que ahí, en Europa, tomen ustedes la noticia con tibieza; pero aquí, en el Sur, ya nos sentimos huérfanos, aunque queden más de mil días para su marcha. Estas renuncias desprendidas y filantrópicas, acompañadas de propósitos de regeneración democrática, como el de la limitación de mandatos, o como el de "las bases elegirán al candidato", etc., a mí, que ya empiezo a peinar las canas del cinismo, me dan mucha risa. Sobre todo cuando me imagino a José Antonio –llamadme Pepe, Pepe el Sencillo– corriendo bastón en ristre delante del perro Aris, el lazarillo de la juez Alaya. Es lo que se llama hacer de la necesidad virtud.
Las fuerzas vivas, que tienen pánico al vacío, ya están pensando en el sucesor. Como las ranas de la fábula están pidiendo a gritos un rey para la charca, porque esto, Andalucía, es una charca pútrida.
El tarugo (trozo de madera grueso y corto), con perdón, que nos mandará Zeus será, según fuentes socialistas, Susana Díaz Pacheco, Susanita en los ambientes sureños.
Susanita es licenciada en Derecho y diplomada en Alta Dirección de Instituciones Sociales, Fundación San Telmo. Ha sido concejala del Ayuntamiento de Sevilla (1999-2003); teniente de alcalde de Recursos Humanos y del distrito Triana de los Remedios (2003-2004); secretaria regional de Movimientos Sociales del PSOE de Andalucía; secretaria regional de Organización de las Juventudes Socialistas de Andalucía; secretaria general de la Agrupación Socialista de Triana-Los Remedios; secretaria de Organización del PSOE de Sevilla; miembro del Comité Federal del PSOE; secretaria de Organización del PSOE de Andalucía desde marzo 2010. En la actualidad es consejera de Presidencia e Igualdad (igual da, se pronuncia aquí), y, de facto, vicepresidenta primera del Gobierno andaluz, por delante del vicepresidente de iure Diego Valderas.
Como puede verse, es el típico fruto del vientre partitocrático. Es decir, fuera del partido no conoce ni un solo día de cotización a la Seguridad Social. Como el provinciano del poema de Machado, no es una fruta madura ni podrida –por ahora–, sino una fruta vana. Vana y vanidosa, pues le faltó tiempo para exhibir su foto, entre las de las glorias andaluzas, en el Museo de la Autonomía Andaluza, dependiente de su consejería. Y, como suele ocurrir con los vanidosos que no tienen motivo para serlo, un poco zote. Vean, si no, cómo maneja la estúpida jerga sociofeminista; en el programa Herrera en la Onda dijo que los socialistas habían elegido "a los mejores y a las mejoras candidatos y candidatas" para las elecciones. Y, siendo vanidosa y zote, no es extraño que quienes la conocen afirmen que es ambiciosa, correosa y que ejerce su autoridad despóticamente; pues tales atributos suelen ir parejos.
Susanita es la chica de Griñán y de Chacón. Aunque es probable que ésta reniegue en breve de la maternidad, cuando compruebe que el padre de la criatura quiere hacerle la cama postulando a su otro vástago –Mario Jiménez, Marito en el Sur– a la Secretaría General del PSOE. Susanita y Marito pasan por ser los pilares –ella en la Junta y él en el Partido– de José Antonio Griñán. O sea, Escila y Caribdis. Menuda nos espera.