
Dura, sí, porque es de piedra fósil. Y porque ha resistido el paso de los años, tantos como 419 millones.
El fósil de Entelognathus primordialis desenterrado en China y descrito científicamente esta semana pasa por ser el rostro más antiguo conocido hasta ahora. Aquel animal pudo ser el primero en desarrollar una cara con mandíbula y, por lo tanto, dio origen a todos los rostros mandibulados de la Tierra, desde las termitas que utilizan sus maxilares para destrozar la madera al proverbial belfo borbónico.
El esqueleto de este animal marino ha quedado increíblemente bien conservado en los barros de la provincia china de Xiaoxiang, en una capa de sedimentos que data del Silúrico. Es decir, el fósil quedó allí atrapado en algún momento entre hace 419 y hace 443 millones de años.
Por aquel entonces, todos los animales del planeta carecían de mandíbulas. Los descendientes más parecidos hoy en día son las lampreas.
Lo que más fascina a los científicos de este ejemplar es que sus características anatómicas podrían dar nuevas pistas sobre cómo evolucionaron los vertebrados. Hay que reconocer que Entelognathus primordialis debió de ser un bicho muy raro para su época. Ningún otro pez presentaba esa protuberancia anterior en forma de nariz picuda, una boca rodeada de maxilares óseos, una especie de primitivo arco superciliar donde debían estar los ojos, unas pequeñas perforaciones que parecen el principio de un orificio nasal...
En un planeta dominado por los animales acuáticos (la tierra firme no empezó a conquistarse hasta el Devónico, unos 60 millones de años después), el bicho en cuestión pudo ocupar un lugar de poder en la cadena trófica, sin duda su estructura se convirtió en una ventaja evolutiva. Conservaba características de dos tipos de peces distintos: los placodermos (que ya debían de haberse extinguido entonces) eran peces armados con escudos óseos. Los osteictios eran peces con espinas que dieron lugar a los actuales peces vertebrados. Entelognathus primordialis mantenía características de ambos.
Y se preguntará el paciente lector a qué viene el entusiasmo por este fósil de pez feo. Lo que más interesa a los científicos es que este ejemplar puede ser el semáforo verde que dio salida a una carrera prodigiosa. Los osteictios dieron lugar a todos los peces vertebrados posteriores, y de ahí surgieron los anfibios, los reptiles, las aves, los mamíferos y mi suegra. Es decir, nuestro amigo mandibulado puede ser la prueba de que los placodermos antiguos no se extinguieron sino que se transformaron en una diversidad animal sin precedentes que colonizó el mar y la tierra.
Entelognathus primordiali puede ser el ancestro común más antiguo de todos ellos. Hablando en plata: la próxima vez que vea las bellísimas facciones del actor o actriz del que está enamorado, piense que todo empezó hace 419 millones de años con una cara como la que ilustra este reportaje... A lo mejor, se le pasa.
