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Juan Carlos Girauta

El PSUC al servicio de Mas

Neocomunistas verduzcos, han aportado a la gran añagaza autodeterminante el ingrediente esencial: el de la "izquierda no claramente independentista".

Neocomunistas verduzcos, han aportado a la gran añagaza autodeterminante el ingrediente esencial: el de la "izquierda no claramente independentista".

Las fuerzas vivas de Cataluña saben que la consulta pactada por los partidarios del (del primer ) no se celebrará. Y el primero, el presidente de la Generalidad. ¿Por qué anuncia pues sus términos y fecha? ¿Por qué se compromete a una convocatoria que, en cuanto se formalice, se ganará un recurso ante el TC? Por maximizar su estancia en el poder. Punto.

Ello a despecho de la estabilidad política, de la seguridad jurídica, de la salud democrática, de la convivencia, de la supervivencia de la coalición CiU y del futuro del partido que heredó para servir de puente entre Pujol senior y Pujol junior. Todas esas cosas –unas más nobles que otras– está Mas dispuesto a sacrificar por permanecer en su triste poltrona unos años más, unos meses más, unas semanas más. Por qué querría alguien prolongar tan dolorosa administración de la penuria es misterio que solo se aclara con auxilio de la eterna hybris.

Sabe Mas, como usted y como yo, que sin un gobierno español favorable al referéndum solo queda en rigor aprovechar las elecciones autonómicas catalanas, cuya convocatoria sí le corresponde plenamente a él. Y así lo hará cuando no tenga más remedio. Pero puede retrasarlo. ERC le puso fecha límite a la definición de fecha y pregunta para un referéndum de autodeterminación, y el íter de Artur Mas debía pasar por ahí. En caso contrario, no le aprobarían los presupuestos, y ni siquiera en Matrix parece posible gobernar dos años seguidos sin cuentas públicas.

Decimos en catalán: qui dia passa, any empeny (quién pasa un día, empuja el año). Se entiende que un Duran se avenga a tanto tongo. Tranquiliza que no lo haga el PSC, partido que, aun maltrecho por el gravísimo error de avalar el artefacto "derecho a decidir", progresa adecuadamente. Que se sumen las CUP es muy interesante: quiero ver a Fernández y Duran posando mucho juntos para la prensa. Lo significativo, lo gordo, lo tremendo es que el viejo PSUC sea principal avalista de la operación de Mas. De la hybris localísima de Mas.

A los comunistas catalanes debemos la inmersión lingüística. Ellos arrastraron a CiU, antaño reticente a la supresión del castellano como lengua vehicular. Hoy neocomunistas verduzcos, han aportado a la gran añagaza autodeterminante el ingrediente esencial: el de la "izquierda no claramente independentista". Lo necesitaba Mas como el agua, una vez huido el PSC, para legitimar la operación. Un nuevo servicio de las añejas siglas de López Raimundo.

Todo lo que viene ahora es previsible. Otro año discutiendo sobre la nada. Asistiendo, eso sí, con alguna alegría a la conversión de CDC en partidillo apéndice de ERC; a la confirmación en los sondeos de lo que tantas veces he sostenido entre caras escépticas: que un referéndum secesionista lo ganamos de calle los constitucionalistas; a la reducción al absurdo de un intento de racionalización del clasismo y la xenofobia. Un juego agónicamente prolongado por el PSUC, que tiene tela.


Pinche aquí para leer un fragmento del más reciente libro de Juan Carlos Girauta, Votaré 'no' a la secesión de Cataluña.

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