Un debate ha monopolizado esta eliminatoria: posesión versus pegada. Dos estilos contrapuestos, personificados en Guardiola y Ancelotti. La aplastante posesión de los bávaros no ha servido de nada en los dos encuentros de semifinales. El estilo de Pep ha chocado una y otra vez contra un muro, en este caso defensivo, que además contrarrestaba los tenues ataques del Bayern con una pegada sin igual. El Madrid ha destrozado al Bayern. No hay debate posible sobre los estilos en esta eliminatoria.
Guardiola vive sus peores días como entrenador. A pesar de haber rayado a gran altura en las competiciones domésticas, a la hora de la verdad, en el gran examen de la temporada, no ha dado la talla. El Bayern llegaba tocado a esta eliminatoria de Champions tras la imagen dada frente al Manchester United en cuartos. Los diablos rojos estuvieron cerca de eliminar a uno de los supuestos favoritos, y el Real Madrid ha terminado por hacer lo inevitable: destrozar los sueños bávaros.
Tras el partido de ida en el Santiago Bernabéu, el técnico español del Bayern de Múnich justificó ciertas decisiones con su adaptación al conjunto alemán. Primer año en el Bayern, en Alemania, y Pep ya tiene que morder el polvo. Lo más complejo, quizá lo que más le ha lastrado, ha sido recibir las críticas de los más cercanos a la institución muniquesa. Los popes del Bayern han desestabilizado una y otra vez al de Santpedor. El estilo de Pep tampoco convence allí.
Guardiola acaba de sufrir su más aplastante derrota como entrenador en más de 300 encuentros, y podía haber sido peor: frente a Mourinho. Pero al final este Real Madrid bebe de los pilares del mourinhismo blanco: defensa y velocidad. Guardiola resurgirá cual ave fénix, pero por lo pronto, y a pesar del campeonato conquistado en la todopoderosa Bundesliga, queda sepultado por la pegada de los atletas del Real Madrid.