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Percival Manglano

Gracias y hasta pronto

Me he incorporado al equipo de campaña electoral de Esperanza Aguirre y creo que es mejor separar la actividad opinante de la política.

No quisiera despedirme a la francesa (o a la inglesa, como dicen los franceses: filer à l’anglaise) de los lectores de Libertad Digital. Hace dos años, al poco tiempo de cesar como consejero de la Comunidad de Madrid, recibí una llamada del jefe de opinión de LD. Mario Noya me propuso entonces escribir una columna semanal. Acepté al instante. Desde entonces he faltado muy raramente a la cita. De hecho, una de las pocas semanas en que he fallado fue la del nacimiento de mi hija Erenia. El problema entonces no fue que dejase de escribir mi columna, sino que, seguramente influido por el magno acontecimiento, decidí escribir un cuento de hadas político. Su escasa calidad llevó a Mario a escribirme algo así como "Pero, ¿esto qué es?". Hizo bien en no publicarlo.

Hoy me despido –por ahora– de los lectores de Libertad Digital. Me he incorporado al equipo de campaña electoral de Esperanza Aguirre y creo que es mejor separar la actividad opinante de la política. Ojalá en el futuro tenga la oportunidad de volver a escribir en estas páginas virtuales.

Durante estos dos años he procurado no ser previsible, he intentado incorporar el humor a mis argumentos y he denunciado el auge de la ultraizquierda en España desde fechas incluso anteriores a las elecciones europeas de 2014. Mis artículos de mayor éxito han combinado estas tres características. Destaca entre ellos la "Carta de Pablo Iglesias a Nicolás Maduro". Inspirado por el gran maestro de la parodia liberal que fue Frédéric Bastiat, he intentado evidenciar el cinismo básico del socialismo: su intento por disimular un profundo maquiavelismo tras una apariencia solidaria y humanista.

Creo que una de las cosas que nos caracteriza a todos aquellos que no somos socialistas es la rabia que nos produce la pretendida superioridad moral de la izquierda. Quienes se jactan de su bondad política gracias a la generosidad con la que se gastan el dinero de los demás son unos charlatanes de la política. Como tales deben ser denunciados. Mientras escribo estas líneas se desarrolla en Madrid una de esas Marchas por la Dignidad que tan bien ilustran la charlatanería de la izquierda; como si repartir riqueza fuese más digno que generarla.

Por último, me gustaría destacar el artículo del que más satisfecho me siento, pese a su escaso éxito. Se trata de "La Lucha". Frente a la lucha estética que glorifica el socialismo, la verdadera lucha es aquella de la que los socialistas huyen como de la peste: la lucha diaria por sacar adelante una familia, un negocio o, simplemente, una vida. La lista de las luchas que resumo en un párrafo del artículo es de lo mejor que he escrito en estos dos años.

Gracias a Libertad Digital. Gracias a sus demás columnistas por su inspiración. Gracias a sus lectores por sus comentarios y críticas. Gracias y hasta pronto.

www.pmanglano.com

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