Menú

Indigna Carmena

Las declaraciones de la alcaldesa de Madrid a propósito de los titiriteros encarcelados son una afrenta a la sociedad y, en particular, a las víctimas del terrorismo.

Como en todas sus comparecencias desde que ha tenido que dejar el mundo de los sueños de los candidatos y enfrentarse a las realidades de la compleja gestión de una ciudad como Madrid, Manuela Carmena no ha logrado explicar cómo es posible que una obra teatral con un contenido despreciable y quizá delictivo no sólo se ha sufragado con dinero de todos los madrileños, sino que se ha representado ante un público mayoritariamente infantil.

En cualquier caso, entre frases confusas, constantes olvidos de las preguntas de los periodistas y promesas de depuración de responsabilidades, Carmena ha transmitido dos mensajes muy llamativos y tremendamente impropios de quien desempeña un cargo de tal importancia.

El primero tiene que ver con sus críticas a la actuación judicial, que resultan aún más sorprendentes si se tiene en cuenta que se ha ganado la vida ejerciendo, precisamente, de juez. El tiempo y el desarrollo de la instrucción permitirán valorar como es debido las decisiones de Ismael Moreno, pero la última persona que puede opinar al respecto en estos momentos es, precisamente, Manuela Carmena, que preside una institución directamente implicada en el caso y cuyas responsabilidades –ya hay denuncias al respecto– están por dilucidar.

El segundo es aún grave: Carmena ha denominado a ETA "movimiento político". A la democracia española le costó largos y sangrientos años liberarse de complejos y denominar con precisión a los miembros de la organización terrorista nacionalista vasca. Los etarras son criminales a los que se persigue no por sus execrables ideas sino por los crímenes que perpetran. Y cuando se les captura, juzga y condena, van a parar a cárceles comunes, no políticas, a purgar sus crímenes, como los demás delincuentes.

Palabras como las de Carmena son un infame paso atrás que abunda en la justificación de la trayectoria del peor enemigo que ha tenido la democracia española. Ni la sociedad en su conjunto ni las víctimas directas del terrorismo etarra se merecen que la alcaldesa de la capital les afrente de tan escandalosa manera y contribuya al nauseabundo blanqueamiento de los asesinos, empresa especialmente repugnante en la que anda implicada de hoz y coz la izquierda liberticida que tiene por referentes a personajes de la catadura de Pablo Iglesias o la propia Carmena; también, estupefacientemente, en el orden moral.

Una vez más, Carmena ha demostrado que es indigna del cargo que ostenta

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal