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Encuestas pro domo súa

Los sondeos electorales se han convertido en un medio de propaganda política más, a pesar de que se disfracen con la bata blanca de la ciencia.

Los sondeos electorales se han convertido en un medio de propaganda política más, a pesar de que se disfracen con la bata blanca de la ciencia.
LD

Llevo toda mi vida adulta levantando encuestas. Así que algún oficio tengo. Últimamente proliferan los sondeos electorales. Sus resultados son sospechosamente consonantes con la opinión de quienes los publican y los comentan. Los sondeos electorales, al publicarse, se han convertido en un medio de propaganda política más, a pesar de que se disfracen con la bata blanca de la ciencia.

También se hacen atinadas encuestas, estudios cualitativos y otras investigaciones, pero suelen ser trabajos que no se publican; sirven para tomar decisiones.

Es muy difícil averiguar desde fuera la fiabilidad y validez de una encuesta. Proporciono solo algunas pistas que la hacen sospechosa:

  1. Se hacen preguntas de examen. Esto es, de conocimiento de cosas que no tienen por qué conocerse de forma masiva.

  2. Se hacen preguntas que provocan rechazos o bromas. Por ejemplo, "ponga una nota de 1 a 10 a esta lista de políticos".

  3. Los porcentajes de los resultados se dan con un decimal, en lugar de redondearlos al entero más cercano. Es una estafa estadística.

  4. Ante preguntas difíciles, se obtienen porcentajes muy bajos de "no sabe, no contesta". Preguntas difíciles suelen ser todas las políticas.

  5. Hay preguntas en las que más del 80% van para una opción. Simplemente son tautologías.

Lo más interesante no es el cómputo de los resultados totales, sino los cruces de quiénes son los que opinan una u otra cosa. Ahí es donde se ve la maestría del sociólogo.

Al comentar los resultados, debe tenerse en cuenta que la afirmación que se hace eleva psicológicamente el valor del porcentaje. Por ejemplo, si se concluye que "el 40% está a favor de tal cosa", da la impresión de que son muchos, aunque más significativo es que el 60% está en contra.

Las encuestas cuantitativas implican grandes muestras y por tanto cuestan mucho dinero. Con menor coste se pueden realizar estudios cualitativos (reuniones de grupo de personas interesadas en el asunto). Lo fundamental es que los estudios no se hagan con propósitos de propaganda.

No hay que hacer mucho caso al error estadístico que se indica en la ficha técnica de la encuesta. Es una indicación que solo tiene sentido en condiciones ideales de representatividad, cosa que no se cumple. El porcentaje de error es mucho más amplio de lo que se dice. Esa es una razón para no añadir un decimal a los porcentajes.

A igualdad de otras condiciones, las encuestas podrán predecir mejor los electorales cuanto más se acerquen a la fecha de los comicios. Desgraciadamente, seguimos con la absurda prohibición de levantar sondeos durante la última semana de la campaña electoral, que es la más interesante. Así nos va.

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