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Juan Pablo Polvorinos

El PP y la corrupción

No sería aventurado pedir prudencia a los dirigentes del PP que han apuntalado su discurso contra el independentismo con las mordidas del 3% que se llevaba Convergencia.

Saben muy bien en el Partido Popular que, por mucho que digan que los casos que crecen bajo sus pies son cosas del pasado, siguen teniendo un serio problema con la corrupción, que no logran sacarse de encima. A quienes no hace mucho daban como amortizados casos como Gurtel, Púnica o Bárcenas, hoy se les erizan los cabellos tras conocer que el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco tiene nueva documentación sobre la financiación presuntamente irregular del PP de Madrid.

No sería aventurado pedir prudencia a los dirigentes del PP que han apuntalado su discurso contra el independentismo con las mordidas del 3% que se llevaba Convergencia. Si algo nos demostró Gurtel es que la práctica no era una exclusiva de Jordi Pujol y de sus herederos... y si algo nos puede demostrar la operación Púnica es que la técnica para financiar partidos es la misma allí donde miremos.

Si los dos casos no son iguales, desde luego se parecen bastante.

Si en Convergencia se sospecha de sociedades pantalla (Palau, Catdem, Trias Fargas), a través de las cuales se financiaba supuestamente el partido, lo que se sospecha en Madrid es que en tiempos de Esperanza Aguirre el PP se lucraba a través de exactamente el mismo procedimiento.

El juez Eloy Velasco investiga si el PP tenía también su sociedad pantalla para ingresar mordidas. En este caso la pista se centra en la denominada Fundescam, la Fundación para el Desarrollo Económico y Social de la Comunidad de Madrid, que podría recibir mordidas a cambio de un trato preferente en la concesión de los contratos públicos.

La principal consecuencia de todo esto es que, entre bárcenas, gúrteles o púnicas, pudiera llegar incluso a dar la sensación de que la financiación del PP en algunos lugares no era exactamente un modelo de pulcritud. Y es por esta rendija por donde quiere entrar Ciudadanos, que tiene un rebote monumental con Rajoy por el incumplimiento del pacto de investidura.

Los de Albert Rivera han acordado esta semana con PSOE y Podemos la creación de una comisión de investigación en el Congreso sobre la financiación irregular del PP. Como los de Rajoy se niegan a hacerla, pues la hago yo.

Bien, tan cierto es que la creación de esa comisión de investigación estaba contemplada en el punto número 98 del acuerdo de investidura, como que Ciudadanos, PSOE y Podemos la van a usar para desgastar al PP. No dicen la verdad cuando afirman que pretenden conocer si el PP se financió irregularmente, porque van de forma premeditada a extraer esa conclusión, lo que contamina cualquier investigación. En realidad, lo único que buscan es utilizar esta herramienta parlamentaria para hacer daño y sacar rédito en su estrategia partidista.

Es igualmente cierto que Ciudadanos tiene un criterio, digamos, volátil: su posición sobre la corrupción es diferente en Murcia, Madrid, Granada y Sevilla. De manera que el PP tiene poco que temer si Ciudadanos se comporta en esta comisión de investigación como lo ha hecho con Susana Díaz. Lo que sí debería preocuparle a Rajoy es aparecer a los ojos de los españoles como el líder de un partido que no cumple lo que firma.

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