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Daniel Blanco

El caso De Gea: argumentos, no infamias

De Gea ha tenido la confianza de todos los entrenadores pero no la de la prensa, muy cruel con el meta en algunas ocasiones.

De Gea ha tenido la confianza de todos los entrenadores pero no la de la prensa, muy cruel con el meta en algunas ocasiones.
David de Gea, en un entrenamiento de la selección española. | EFE

Corría el verano de 2016 y Vicente del Bosque le daba vueltas al tan manido debate en la portería de la selección. Decía el entonces seleccionador que con Iker Casillas, por ser un símbolo —el mejor portero que yo he visto en mi vida—, debería tener un tacto especial a la hora de afrontar el tema de la renovación de la portería. Del Bosque se refirió entonces a "transición dulce" para dar paso al cambio.

La empezó a llevar a cabo charlando mucho con el actual portero del Oporto y en marzo de aquel año, con motivo de dos amistosos previos a la Eurocopa, en Italia y en Rumanía, eligió a David de Gea para el primero de ellos y a Casillas para el segundo. Muchos vieron en aquella decisión la pista definitiva de lo que iba a hacer Vicente tres meses después, con motivo del debut de España ante la República Checa en la Euro de Francia. De Gea era el titular.

Desde entonces la labor del meta del Manchester United ha incluido luces y sombras en la portería de España. Nunca tuvo una actuación muy destacada y siempre fue foco de las críticas. En el Mundial de Rusia, De Gea falló estrepitosamente en un gol de Cristiano, el primer día de competición y tuvo muchas dudas en los siguientes. Contra Rusia, en octavos, no paró ninguno de los penaltis que le lanzaron en la fatídica tanda. Esto último, lejos de ser el motivo principal de una mala actuación, le produjo, sin embargo, un dolor de cabeza al guardameta. Algunos periodistas, injustamente, derivaron en él los males de España.

De Gea tuvo la confianza de Del Bosque, de Lopetegui, de Hierro y, ahora, de Luis Enrique. Pero no tiene la confianza de la prensa, muy cruel con el meta en algunas ocasiones. Los argumentos del Mundial, válidos, se han transformado en insultos e infamias desde algún medio de comunicación. Una campaña de desprestigio con pocos precedentes en el fútbol español. Porque desprestigio es no dar argumento alguno. Si válidas y correctas fueron las razones por las que criticaron sus malas sensaciones en el Mundial, intolerables son ahora las críticas por el mal partido ante Croacia donde, por cierto, De Gea no tiene culpa directa en ninguno de los goles.

Desde el jueves pasado he oído auténticas salvajadas contra el portero. Manolo Lama en la Cadena COPE acompañaba cada gol de Croacia con un: "Vete a tu pueblo David. Esto es lamentable". Un contertulio del programa de Jose Ramón de la Morena en Onda Cero (perdón, no recuerdo quién fue) afirmó que De Gea "no sirve para nada y no tiene autocrítica". En esta casa, en el programa El Primer Palo, que dirige Juanma Rodríguez cada noche, Felipe del Campo afirmó que De Gea "era el peor portero de la historia de nuestra selección". Opiniones que traspasan una línea, algunas llegan más lejos que otras, pero todas faltan el respeto al portero.

Un tipo que, en una literal recreación del célebre personaje de Robert Louis Stevenson, Doctor Jekyll y Mr Hyde, parece tener dos personalidades deportivas. Uno le ve en el Manchester United salvando una volea de Sigurdsson para que su equipo gane al Everton, o haciendo paradas increíbles en la victoria del United en Bournemouth; y, sin embargo, le ve inseguro en la portería nacional donde el 41% de los disparos que le han hecho en esta Liga de las Naciones han acabado en gol. Algo pasa.

Pero si se dieran argumentos fuertes en vez de dejarse influir por una mala relación personal con el portero, el periodismo deportivo de este país sería más serio. Yo convivo con gente muy seria y rigurosa. Serio es Sergio Valentín, que me dijo el día del debut de España en el Mundial que él cambiaría a De Gea porque le veía inseguro y con acciones que no eran normales en un portero. Serio es David Vinuesa, que el otro día instaba a analizar una derrota en vez de humillar y personalizar en alguien, reconociendo que De Gea no está bien. Me valen los argumentos sólidos, no los insultos, y menos, si vienen de una guerra personal.

Ahora De Gea volverá a Manchester a sentirse bien, pero también debe hacer autocrítica. Quizá esto sea posible si no hace caso a determinados comentarios sobre su persona. Es suficientemente maduro como para abstraerse. Como lo fue para no dar crédito a las informaciones que le relacionaban con un asunto de abusos sexuales a menores en el año 2013 y del que fue declarado inocente. Como lo es para ser uno de los mejores porteros que tenemos. Ayudemos entre todos, no hundamos a la gente.

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