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Sergio Brabezo

Los cinco errores políticos más graves de Carmena

La alcadesa puso las instituciones al servicio de los golpistas y se negó a homenajear a Miguel Ángel Blanco.

La alcadesa puso las instituciones al servicio de los golpistas y se negó a homenajear a Miguel Ángel Blanco.
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena | EFE

Hemos hablado en muchas ocasiones sobre la gestión de Manuela Carmena al frente del Ayuntamiento de Madrid. Sabemos que las calles de Madrid siguen sucias, que los atascos son una de las mayores preocupaciones de los madrileños, que no hay ningún nuevo parque o gran infraestructura, entre otros muchos desmanes de este Gobierno que hemos padecido los últimos cuatro años.

Sin embargo, hay cinco despropósitos que destacan sobre el resto por su gravedad e ignominia:

1. La foto de la vergüenza

Algunos de ustedes quizá no lo recuerden, pero Manuela Carmena puso el Palacio de Cibeles al servicio de los golpistas. La alcaldesa recibió a Raül Romeva y a Oriol Junqueras, hoy procesados por golpismo, y a Carles Puigdemont, prófugo de la Justicia, en una de las salas de honor del Ayuntamiento. Carmena puso las instituciones locales al servicio de aquellos que quieren romper España. Es inadmisible que desde la capital de España se promocione o blanquee el golpismo.

2. Enfrentamiento con el Estado

El Madrid de Carmena incumple la regla de gasto. Hemos escuchado esta frase en multitud de ocasiones. Pero ¿qué se esconde tras ella? Carmena tenía que presentar un presupuesto con unas determinadas condiciones al Ministerio de Hacienda. Sin embargo, decidió pasarse la regla de gasto por el arco de la revolución. ¿Por qué? Porque quería echar un pulso al Gobierno de Mariano Rajoy, aun a sabiendas de que tenía las de perder. ¿Qué podía ganar en una batalla jurídica que iba a perder? Para los populistas no hay nada mejor que el victimismo. Viven de azuzar la idea del enemigo al acecho.

3. Campaña de descrédito sistemático contra la Policía

Son sobradamente conocidos los enfrentamientos de Ahora Madrid con la Policía Municipal. De hecho, una concejal de Carmena equiparó en un Pleno de distrito la "violencia policial" con la de ETA. Lo peor de todo no fueron las palabras de la concejal, sino que Carmena no la destituyó de inmediato. Quien admite ese tipo de comportamientos es tan o más culpable que quien los realiza. Además, no olvidemos que concejales de Carmena señalaron a la Policía Municipal como causante de la muerte de un mantero. Terribles acusaciones que hoy han llevado a la promotora de esos tuits al banquillo de los acusados.

4. Paralización de desarrollos urbanísticos

Uno de los mayores problemas que tienen los madrileños es el acceso a la vivienda. Los jóvenes tenemos muchas dificultades para alquilar o comprar un piso. No se requiere un gran conocimiento de la economía para saber que si aumentamos el parque de viviendas, los precios caerán. Ley de la oferta y la demanda. Pues bien, operaciones urbanísticas que permitirían crecer a la ciudad han sido paralizadas, una vez tras otra, por Carmena. ¿Por qué? Porque no quiere que los suyos le acusen de permitir a grandes empresas construir en Madrid. Para Carmena y sus secuaces, el desarrollo económico es como el agua para los gatos.

5. Desprecio a las víctimas del terrorismo

Me gusta que el Ayuntamiento de Madrid homenajee, promueva y dé visibilidad a diferentes reivindicaciones. El Movimiento contra la Intolerancia solicitó a Manuela Carmena la colocación de una pancarta en Cibeles con ocasión del 20º aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco. La alcaldesa rechazó hacer ese homenaje, recordar un asesinato que conmovió a toda España y que nos tuvo en vilo durante 48 horas. Le he dicho en numerosas que con este tema no hay medias tintas: o se está con las víctimas o se está con los verdugos, y los de ETA no son unos revolucionarios, sino unos asesinos.

Como catalán que soy, he sufrido el nacionalismo en primera persona durante más de 25 años. Estos últimos cuatro años he padecido la esencia del populismo como concejal del Ayuntamiento de Madrid. Ahora soy candidato a diputado en la Asamblea de Madrid con el equipo de Ignacio Aguado. Lo que tengo claro es que bajo ningún concepto la Comunidad de Madrid puede caer en manos de los populistas y los amigos de los golpistas. Después de las elecciones nacionales, Cs es la segunda fuerza política en Madrid. Por ello, creo que los defensores de la nación y la Constitución debemos aunar fuerzas bajo el partido que es ya la alternativa a los socialistas. Bajo ningún concepto podemos perder la región más prospera de España, pues sería un gran retroceso para nuestro país y un grave perjuicio para todos los madrileños.

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