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¿Sánchez e Iceta contra el separatismo?

Sánchez ha vuelto a exhibir su falta de escrúpulos dando un aparente nuevo giro a sus relaciones con el separatismo.

El único ámbito en el que el Gobierno de Pedro Sánchez ha demostrado cierta capacidad y, sobre todo, mucho interés ha sido el de la propaganda. No ha habido grandes proyectos legislativos, la elaboración de los Presupuestos fue un cúmulo de despropósitos y la gestión prácticamente no ha existido en nada que no pueda utilizarse como arma arrojadiza en la batalla electoral. Pero ha sido tal la avalancha de agitprop que, de creer en las últimas encuestas, está perdiendo eficacia.

Este jueves Sánchez ha vuelto a exhibir su falta de escrúpulos dando un aparente nuevo giro a sus relaciones con el separatismo presentando como una gran decisión un decreto que no supone ni mucho menos acorralar a los separatistas, tal y como se ha tratado de difundir desde Moncloa y Ferraz.

Por supuesto, y pese a las advertencias de la Junta Electoral Central, el presidente no ha dudado en volver a hacer un uso espurio de las instituciones: primero, concediendo una nueva entrevista en Moncloa tras haber sido expedientado por ello; luego, aprovechando como escenario el Consejo de Ministros, con detalles que rozan el ridículo, como el de llevar en mano el decreto ley aprobado para darle importancia, tal y como hizo con el referido a la exhumación de Franco.

Es positivo que se tomen medidas legislativas para evitar el abuso que el separatismo hace de internet en su guerra contra el Estado y contra los catalanes no supremacistas. Pero en la situación que vive actualmente Cataluña esa debería ser una medida entre muchas, y no la primera: así, antes habría que retomar el control de las calles y universidades del Principado, poner a los Mozos al servicio del Estado y no al servicio del golpe e impedir que los medios de comunicación de la Generalidad sigan promocionando el golpismo, por poner sólo unos ejemplos.

Por otro lado, si algo define la relación del PSOE con el separatismo y su reacción al golpe de Estado no es este decreto ley que, sino la forma en que se ha vuelto a plegar a los dictados del PSC en su programa electoral para defender, una vez más, los postulados antiespañoles y en contra de la soberanía nacional que los socialistas catalanes llevan años promoviendo… tradicionalmente, con el voto de los castellanohablantes.

Por mucho que el Gobierno y Sánchez hagan teatro a sólo diez días de la cita con las urnas, lo cierto es que la verdadera respuesta al desafío separatista la está marcando y la va a marcar Iceta. Y ya se sabe lo que eso significa: una total carencia de principios y el desprecio más profundo a todo lo que pueda parecer español. Así ha sido desde hace muchos años y así será mientras un personaje tan siniestro como el secretario general del PSC marque el camino a otro su semejante Sánchez.

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