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Pablo Planas

El prototipo de nuevo ministro

Asoma en las quinielas de Gobierno el nombre de Jaume Asens, probablemente el menos conocido de los ministros que propone Podemos y seguramente el más peligroso.

Asoma en las quinielas de Gobierno el nombre de Jaume Asens, probablemente el menos conocido de los ministros que propone Podemos y seguramente el más peligroso.
EFE

Asoma en las quinielas de Gobierno el nombre de Jaume Asens, probablemente el menos conocido de los ministros que propone Podemos y seguramente el más peligroso. Ante la que se avecina, puede parecer ocioso reparar en un nombre por encima de los otros, pero es que el dicho Asens atesora tal cúmulo de antecedentes que es en sí mismo la encarnación perfecta de la catástrofe que se cierne sobre los españoles.

Tal es su catadura que hay quien duda de que pueda ser nombrado ministro. Creen algunos ingenuos que Pablo Iglesias no se atreverá a proponer su nombre y otros sostienen que Pedro Sánchez no consentirá que semejante individuo figure en su Gabinete. Son del mismo tipo de peligrosos y campanudos ilusos que mientras se cocía el acuerdo entre el PSOE y Podemos planteaban en el seno del PP la posibilidad una "abstención de Estado".

Asens fue uno de los mayores y más entusiastas publicistas y patrocinadores del sujeto Rodrigo Lanza, condenado por dejar tetrapléjico a un guardia urbano de Barcelona en 2006 y acusado del asesinato de Víctor Laínez en Zaragoza en 2017. El crimen del guardia Juan José Salas Rodríguez fue cruzarse en el camino del okupa Lanza, que se lo quitó de en medio y lo postró para los restos en una silla de ruedas de una pedrada. El de Víctor Laínez, llevar unos tirantes con la bandera de España que le provocaron tal supuesto estado de enajenación y pánico a Lanza que pensó que era aquel o él y lo mató, dijo en el juicio que sin querer.

Al chileno Lanza lo defendió del crimen de Barcelona su compatriota Gonzalo Boye, el mismo Boye condenado por el secuestro de Revilla y que ejerce ahora de letrado de Carles Puigdemont. En aquel juicio Asens ejerció de observador, toda vez que era el abogado de referencia de los okupas de Barcelona. Tras salir en libertad, Lanza fue el protagonista de una película con formato de documental titulada Ciutat Morta (2013) en la que también actuaba Asens. El argumento era que la Guardia Urbana se lo había inventado todo y que Lanza era un perfecto inocente. Cualquier parecido con la realidad, pura coincidencia. Dos años después, Asens era elegido concejal de Barcelona en la lista de Colau.

Pero Asens no sólo fue un decidido defensor de la inocencia de Lanza. El tipo es independentista, un independentista de primera, republicano y separatista de los del morro fuerte y piedra picada, de esos cuya sonrisa hiela la sangre. En octubre de 2017, cuando el golpe de Estado, fue el asesor legal de los sublevados y quien recomendó a su amigo Toni Comín y a su admirado colega Puigdemont que tomaran las de Bélgica.

Un figura, Asens, quien ya en calidad de casi ministro ha pedido comprensión para quienes le pegan fuego a Barcelona y cortan carreteras. También ha pedido la cabeza del consejero de Interior, Miquel Buch, por las cuatro cargas de los Mossos. E incluso la de Fernando Grande-Marlaska, que está a punto de ser su colega en el Gabinete salvo que al exjuez le entre un arrebato de dignidad y se apee de ese Gobierno infame.

En junio del año pasado, Asens llamaba "torturador" y "ministro de Interior que habría elegido Rajoy" a Marlaska en un imperdible hilo de Twitter todavía activo. Así es que, si nadie lo remedia, Asens, amiguito de Pablo Iglesias, difusor de la especie de que en España hay presos políticos, separatista, antimonárquico y por encima de todo antisocial resentido será ministro por la cuota del millonario comunista Jaume Roures en el último Gobierno de España tal como la conocemos.

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