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El Oscar a la mayor falta de intensidad fue para el Atlético de Simeone

El conjunto rojiblanco salió dormido al terreno de juego y lo volvió a estar tras el 1-1 de Savic.

El conjunto rojiblanco salió dormido al terreno de juego y lo volvió a estar tras el 1-1 de Savic.
Carrasco en el Athletic-Atlético de Madrid. | Cordon Press

Solo hay una manera posible de que un rival que acaba de perder dos finales consecutivas de la Copa del Rey en menos de un mes te gane jugando con el equipo B. Ayer, el Atlético de Madrid se empeñó en demostrarle a todo el mundo cómo puede pasar esto. La fórmula para perder ante un equipo medio muerto es salir al terreno de juego con menos intensidad y potencia que el disco de los pitufos makineros. Así salió el Atlético. Le faltó ponerse el chándal, coger un café para llevar e ir mirando el móvil mientras el Athleltic se dejaba la vida en el campo. “Hola Berenguer, no corras tanto", les faltó decir en el 1-0. “No saltes tanto Íñigo, que estamos entre amigos", podrían haber dicho en el 2-1. Lo dicho en el titular, el Oscar a la mayor falta de intensidad fue para el Atletico

Sinceramente el partido de ayer es para que ambas aficiones, la madrileña y la vasca, le den un repaso importante tanto a sus jugadores como a sus entrenadores. El Athletic, que demostró ser el león Kimba de Hacendado en las dos finales en las que sí tenía que pelear, fue un león de verdad el día en el que no iban a pasar a la historia. Marcelino sacó lo mejor de su equipo cuando no importaba. Mientras tanto, Real Sociedad y Barcelona tienen la Copa del Rey en casa. Por su parte, Simeone tiene que empezar a golpear la mesa hasta romperse la mano porque si tus once jugadores salen dormidos a jugarse la Liga, no puede ser que salgan tras el descanso los mismos que empezaron el encuentro. Primero deben ganar la Liga y luego, por ejemplo, recuperar a jugadores como Saúl. Pero a día de hoy se antoja complicado pensar que haciendo lo segundo de manera insistente se pueda lograr lo primero.

Al Atlético le está sobrando buen talante y le está faltando mala leche en cantidades industriales. No me imagino a Gabi, Tiago, Godín o Raúl García haciendo el partido que se marcaron ayer las nuevas generaciones rojiblancas. Al menos no a nivel de intensidad, que es lo mínimo que se le pide al Atlético de Madrid de Simeone. Además el pupismo, por desgracia, parece estar arraigado en la afición rojiblanca y ni siquiera la mejor época de la historia colchonera ha logrado detener la marabunta de amantes del sufrimiento que llevan “perdiendo la Liga" desde aquel simple empate ante el Celta. Faltan mala baba e intensidad y sobran predicciones negativas, drama y melancolía por la tragedia.

Por supuesto aquí hay que matizar muchas cosas. La primera es que ayer, de repente, el Atlético ya no dependía de sí mismo según la mayoría de las opiniones. Me hizo dudar porque mirando la clasificación y el calendario, el Atlético de Madrid sigue dependiendo de sí mismo tanto o más que el Barcelona. ¿Saben cuál es el problema? Que el pupismo ha instalado la creencia de que los rojiblancos debían ganar la Liga contando con que no iban a ganar en el Camp Nou. Eso es un problema serio. Ahí radica la verdadera esencia de la falta de mentalidad colchonera.

Esto no va de que Simeone o Gil Marín digan a voz en grito que el objetivo es ser primeros. Si fuese así la mayor parte de los que fracasan a diario en su profesión y en su vida podrían revertir esto con solo decir que van a por todas. No funciona así. Aquí el problema es que gran parte en el Atlético piensa que ganar en el Camp Nou es imposible y eso se lo acaban creyendo los jugadores. Había y hay una ansiedad tremenda por jugarse la Liga en el Camp Nou, porque los que piden a sus jugadores que crean de verdad, no creen. Ayer hubo un tuitero que, lógicamente enfadado y con una posición igual o más respetable que la mía, me comentaba que la plantilla no cree en sus opciones y que ya se darán cuenta cuando queden cuartos. ¡Ni segundos, ni terceros! ¡Cuartos! Lo siento mucho, pero yo le doy un posición vital a los aficionados en el ADN de los equipos y si siendo primero te ves cuarto... Ojo, que esto que he dicho ahora no sirva de excusa para la plantilla, porque aquí los que salen al campo y juegan o andan son ellos, no los aficionados. Pero, como siempre digo, todo suma y si cada mensaje resta, la cosa se complica dentro y fuera del terreno de juego.

A todo esto y para ir acabando, una cosa más. Simeone está empezando a repetir demasiado el “me equivoqué en el planteamiento". Demasiadas veces ya Cholo. De todas formas creo que el argentino esconde demasiadas veces la falta de ganas de los suyos con el tema de la táctica. Ayer el Athletic estaba muerto, no era cuestión de esquemas o planteamiento, sino de intensidad. A Simeone también le está faltando mucha mano dura. Creo que es el año que más minutos suman jugadores que están realmente mal y no es tiempo de ser buenas personas cuando Barcelona, Real Madrid y Sevilla te quieren comer hasta los intestinos. Algún día habrá que cabrearse Simeone. De verdad, no de palo. No pasa nada. Pero hazlo ya, contigo mismo y con los tuyos, porque ponerse a andar en un sprint final es culpa tuya por permitirlo y de ellos por hacerlo.

 

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