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Javier Somalo

El batetazo

Hay un golpe parlamentario, una sucesión de decisiones que dibujan un grave delito que va engordando su gravedad a medida que pasa el tiempo

Hay un golpe parlamentario, una sucesión de decisiones que dibujan un grave delito que va engordando su gravedad a medida que pasa el tiempo
EFE

Sin debate parlamentario, por la vía de convalidación de decreto, y juntando los votos como si fueran colillas de las que sacar el último pitillo del día. Con miseria. Hasta ahí estamos ante la peor forma de aprobar una Ley que lo único que pretendía era derogar otra a sabiendas de que funcionaba mejor. Pero además, y lo peor de todo, es que al rodillo antiparlamentario se añadió después la trampa, la mentira y ese tufo golpista que caracteriza a este gobierno encamado con golpistas con tal de mandar, que no de gobernar.

Así gana el POSE, el del gobierno del Falcón, el del presidente "superman" que tiene la democracia como atrezo, como el Aranzadi de la mesa, como el teléfono con cable o el portafolios oficial sin estrenar. Un personaje y un decorado, una ilusión óptica a falta de democracia. Así gana. No de penalti injusto o gol en propia meta como están diciendo algunos bolaños, subgénero de los redondos, sino con el árbitro llevándose un maletín en el vestuario. Esa es la alegoría más ajustada a lo sucedido.

No hay tamayazo, que acabo en nuevas elecciones; hay batetazo, nada que ver con la moda podemita de amenazar al prójimo con los pechos, como la novia de Mazinger Z. Lo dijo la subvencionada Irene Montero y todavía nadie sabe por qué… que "dan miedo las tetas". Pues no, la verdad, pero sí los batetazos, auténticos rodillos, más bien apisonadoras de la democracia, de la decencia.

El caso es que los ciudadanos se tienen que comer una reforma laboral —mañana será una ley de Seguridad o lo que se les ocurra contra la democracia— porque un diputado se ha equivocado al votar de forma telemática, o lo que sea que haya pasado, y no se ha seguido el protocolo marcado para verificar su voto porque si se hiciera cambiaría el resultado de la votación del sí al no.

Vaya, pues no parece una cuestión menor. Lo mejor en estos momentos de crisis es acusar a la derecha de comprar, vender, cambiar… Siempre sale gratis y siempre hay periodistas, cada vez más, que se suben a ese desvencijado carro.

El precio de los diputados de UPN

La izquierda buscando pesquisas no tiene rival. Pero si además, Adriana Lastra se disfraza de Margarita Landy, el relato puede ser digno de Netflix. El PP ha comprado a los dos diputados de UPN, eso está fuera de toda duda porque es la derecha y la derecha es el delito con traje. Ahora "sólo falta saber el precio", dice la que pidió "altura de miras" a la gestora del PSOE de Javier Fernández con los diputados del PSC que votaron no a Rajoy pese a la orden de abstención. Allí estaba, por ejemplo, Meritxell Batet.

Pero la acusación arrojadiza suele funcionar y enseguida todo el mundo pregunta por el precio de que no votaran como han hecho, que era lo más lógico y decente en un partido como UPN, antinacionalista, castigado por ETA y que fue socio natural del PP de Navarra. La acusación infundada y calumniosa debería costarle a Lastra una querella. Esperemos que así sea para que madure de una vez.

Sergio Sayas y Carlos García Adanero, de la UPN-Auténtica, si quedara, han puesto la nota valiente, la marca digna de un partido que sólo y siempre debería decir NO a cualquier asunto que proceda del que se ha convertido en el casero de ETA. Que el PSOE esconda los coches-bomba en los desguaces de Ferraz invalida cualquier posibilidad de acuerdo. Cualquiera. Rosa Díez, que alguna autoridad tiene en esto por múltiples razones, dijo en esRadio una verdad sencilla: "Todo lo que fortalezca a Sánchez es malo para España". A ver si alguno se lo aprende de una vez por todas por el bien común. No es sectarismo, es la verdad.

El presidente de UPN, José Javier Esparza, lo ve todo "muy grave" pero resulta que no les había comunicado nada a sus diputados, no tenían nada que saber, sólo obedecer la consigna de voto aprobada en la Ejecutiva. Hay robots que reciben más cariño. Pero "¿qué se ha pactado para Navarra?", decían los diputados; "No te lo puedo decir", les contesta Yolanda Ibáñez, secretaria general. Aunque les hayan elegido los ciudadanos conociendo sus nombres, ellos han de votar a ciegas, sin conocer razones, o ser expulsados. Al final el pacto era votar en contra de la reprobación del alcalde de Pamplona, Enrique Maya, y 27 millones de euros en "modificaciones presupuestarias" que se llaman. ¿Cómo era eso del precio de los diputados que decía Lastra?

El acuerdo fue entre Esparza, Bolaños y Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, durante una cena en Madrid. Y Sayas y García Adanero, al margen.

Unión del Pueblo Navarro ha sido desde la Transición —nace en 1979, año en el que ya asesinan a Jesús Ulayar, alcalde de Etxarri-Aranatz— el dique de contención al nacionalismo vasco que siempre mira a la Comunidad Foral desde el lebensraum que tanta muerte ha dejado. De hecho, la Disposición Transitoria Cuarta, uno de los peajes del camino hacia la democracia que contempla mecanismos para que Navarra se incorpore al País Vasco, fue el detonante para que buena parte de la UCD navarra fundara UPN recogiendo el sentir de muchos ciudadanos que le han dado repetidamente la presidencia de la comunidad y la alcaldía de Pamplona.

Diez años después, en 1989, UPN suscribió un acuerdo de coalición con el PP por evidentes afinidades frente a los años de plomo de ETA. No en vano, la banda terrorista asesinaría a Tomás Caballero (6 de mayo de 1998) y a José Javier Múgica (14 de julio de 2001), ambos concejales de UPN. La relación con el PP llegó hasta el año 2008, cuando se rompió por una cuestión que recuerda algo a lo sucedido en esta ocasión, aunque no era tan determinante. UPN, que mantenía independencia parlamentaria en el acuerdo con el PP, decidió que había que asomar actitudes de acuerdo con el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero absteniéndose en la votación de la enmienda a la totalidad de los Presupuestos Generales propugnada por el PP.

El desenlace fue que uno de los dos diputados de UPN, Carlos Salvador, obedeció a Navarra —Miguel Sanz era el presidente de la formación y de la Comunidad Foral— pulsando el botón de abstención y el otro, Santiago Cervera, prefirió votar con el PP diciendo ‘no’ a los presupuestos socialistas. En todo caso, otra decisión no habría alterado el resultado final, que salió adelante gracias al PNV y al BNG. Hoy Miguel Sanz ha calificado la actuación de Sayas y García Adanero como "una indisciplina en toda regla".

Pese a la ruptura formal, la relación entre los dos partidos no ha sido demasiado mala por los intereses comunes contra el nacionalismo. Lo más reciente, ya en plena pájara política del centro derecha, fue Navarra Suma (UPN, Ciudadanos y PP), que ya está hecha unos zorros y que, por supuesto, resta. Tras el batetazo la cosa queda casi en Unidas Podemos Navarra. Sic transit…

Los hechos están contados y parecen bien simples. No hay escándalo en la votación de los navarros, ni en el voto del diputado Alberto Casero. Hay un golpe parlamentario, una sucesión de decisiones que dibujan un grave delito que va engordando su gravedad a medida que pasa el tiempo y no se accede a las peticiones de trasparencia. PP y Vox parecen decididos a llegar al final, por largo que se fíe, y Ciudadanos ya no parece interesado en la defensa de la ley, razón de su nacimiento como partido. Y eso que el batetazo recuerda a los inicios del golpe catalán de octubre, precedido por una imposición parlamentaria que obligó a los de Arrimadas a emplearse a fondo.

El problema siguiente a esta violación de la Ley es que no parece haber un mecanismo inmediato para reparar el daño. De poco sirve que el estado de alarma sea ilegal a ojos del Tribunal Constitucional si se llega a esa conclusión dos años después. Y eso, los que perpetran las fechorías lo saben.

El que gobernó bajo moción de censura sin convocar elecciones para luego unirse a los "racistas", a los que le quitaban el sueño y a los que jamás serían socios por tener las manos manchadas de sangre, o sea, Pedro Sánchez, lo sabe bien. Conoce las carencias y complejos de nuestra democracia. Avanzan a ritmo de los cantares machadianos, verso a verso. Llevan así muchísimos años, décadas, un siglo ya.

No, si en Venezuela tampoco iba a pasar nada.

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