A una semana de los comicios castellanoleoneses, todo parece indicar que se producirá una amplia victoria de la derecha encarnada en la suma del Partido Popular y VOX. Todas las encuestas vaticinan la derrota del sanchismo, que no lograría la mayoría necesaria en la cámara regional ni siquiera aliándose con el resto de las fuerzas que acuden a los comicios castellano-leoneses. La solidez de los datos que arrojan los estudios demoscópicos, la constante caída del PSOE en toda España y la realidad de la política en Castilla y León son elementos que permiten extraer algunas conclusiones.
En primer lugar, la consistencia de los datos aventura la necesidad de que el PP y VOX lleguen a un entendimiento tras las elecciones para consolidar un Gobierno fuerte, ajeno a los vaivenes parlamentarios que se producen en toda legislatura. Con la práctica desaparición de Ciudadanos, que solo mantendría el escaño de su cabeza de lista, el PP no podrá revalidar el acuerdo de la pasada legislatura, que le permitió aislar a VOX como estrategia para evitar la sangría de votos hacia la formación conservadora. En esta ocasión tendrán que ser socios –de Gobierno o parlamentarios, eso ya se verá– con lo que quedarán desactivadas las burdas artimañas de la dirección nacional del PP para acabar con el partido de Abascal negándose a cualquier acuerdo.
El PSOE sufriría una nueva derrota tras el batacazo colosal de las pasadas elecciones madrileñas, las más recientes convocadas en España, con lo que el proyecto de Sánchez quedaría seriamente tocado también en el ámbito nacional. No es de extrañar que el sanchismo haya puesto a trabajar la maquinaria del CIS, en manos del inefable Tezanos, que este lunes ofrecerá una encuesta con afanes prescriptivos para tratar de influir en el resultado del próximo domingo en el más puro estilo de la casa.
Castilla y León es un feudo popular, como lo demuestran sus más de tres décadas al frente de la Junta. Este próximo domingo puede ganar de nuevo los comicios, lo que le situaría al frente de la administración regional castellanoleonesa durante cuatro años más. Las circunstancias de esta victoria, en cambio, obligarían a Fernández Mañueco a revisar su trato a los votantes de VOX, su rival en la derecha, con el que muy probablemente se vea obligado a llegar a un acuerdo que la dirección nacional de su partido no cesa de boicotear.