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EDITORIAL

Sánchez pasa a ser líder de la oposición a Feijóo

Sánchez, sin limites de tiempo para desplegar su ilimitada desfachatez, ha oscilado entre el triunfalismo, el insulto y la descalificación de Feijóo.

El primer "cara a cara" del curso político protagonizado por el presidente del gobierno y el líder de la oposición en el Senado ha resultado ser tan sumamente decepcionante como la dramática crisis energética y económica que supuestamente iba a ser abordada en el debate: un presidente de gobierno, sin limites de tiempo para desplegar su ilimitada desfachatez, ha oscilado en su larga intervención entre el triunfalismo, el insulto y la descalificación del nuevo presidente del PP y la pretensión de ser él quien lidere la oposición al principal partido de la oposición. Así, frente a la cándida oferta de un pacto parlamentario que le ha hecho el dirigente popular para capear la crisis en lo que resta de legislatura, si rompe con Podemos y deja de apoyarse en ERC o Bildu, un Sánchez ofensivo y engreído se ha centrado en las "meteduras de pata" del líder de la oposición, al que ha acusado reiteradamente de tener "una acusada insolvencia" o una "acusada mala fe".

Y es que el hecho de que, para el presidente del gobierno, no haya más culpable que Putin en la crisis energética e inflacionista que padecemos no significa que no pueda también arremeter contra el nuevo líder de la oposición, al que acusa de haber sido aupado por las "grandes empresas energéticas y corporaciones". Así, Sánchez ha tenido la poca vergüenza de elogiar sus a todas luces estériles, cuando no contraproducentes, medidas tomadas para atajar —supuestamente— la subida de precios y afrontar la crisis energética. En la agenda del presidente del gobierno no está el aumento de la producción de energía sino, por el contrario, combatir con impuestos y sanciones lo que él tiene la desfachatez de denominar "despilfarro" energético. En este sentido, se ha permitido reprochar a Feijóo que no hiciera mención a la "alerta climática" cuando ese recurrente, empobrecedor y apocalíptico espantapájaros es precisamente el principal responsable de la vulnerabilidad energética europea que la guerra en Ucrania solo ha venido a destapar con toda su crudeza.

Feijóo, por su parte, además de advertir oportunamente a Sanchez que, "para ser oposición al PP sólo tiene que esperar a la próxima legislatura" y de pedirle que "hable con los ciudadanos sin un casting previo", ha recordado que la subida de precios —incluidos los de la luz y el gas— ya estaba en niveles históricos antes de la invasión rusa de Ucrania, al tiempo que ha denunciado la reacción de nuestro gobierno haciendo de Argelia "un enemigo energético". El líder del PP se ha atrevido a reclamar a Sánchez que "reconsidere" tamaño disparate como el cierre de las pocas centrales nucleares que hay en España al tiempo que aborde un replanteamiento general de la deprimente política energética de España.

Aun así, hay que decir que la mayor refutación a la desvergonzada intervención del presidente del gobierno no ha venido del líder de la oposición sino de la propia Unión Europea, en general, y de Francia, muy en particular. Así, coincidiendo con el debate del senado, el recién desvelado plan energético de Bruselas ha supuesto un soberano golpe al esquema legislativo e impositivo de Pedro Sánchez en materia de gas y electricidad. El documento base de la UE califica de "inapropiado" el mecanismo español de control del precio de la energía y, de hecho, advierte de que puede conseguir, justo, los efectos contrarios a los perseguidos, incluido el hecho de poner en peligro el abastecimiento energético. De esta forma, la "excepción ibérica" que tanto lleva a gala Sanchez y su mecanismo de tope al precio del gas salen rotundamente descalificados en el primer informe de la Comisión Europea. Otro tanto se puede decir del proyecto de gasoducto Midcat, que supuestamente pretende canalizar el combustible desde España hasta Alemania, pasando por Francia: Frente a una Comisión Europea que se ha negado a respaldarlo, Macron ha reiterado su abierta oposición en una entrevista publicada este lunes en Le Monde.

Está visto, sin embargo, que nada de esto le preocupa a Sánchez y a su cada vez más ofensiva desfachatez. Lo único que le preocupan son las encuestas, que cada vez de forma más unánime lo sitúan fuera del gobierno. Y esta claro que ha optado por cosiderar que no hay mejor defensa que un buen ataque. Lo malo es que el único atacado no es Nuñez Feijóo sino la inmensa mayoría de españoles empobrecidos por sus nefastas política económica.

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