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David Vinuesa

En contra del bullying y a favor de Kyrgios, un sinsentido

La actitud matona, vacilona, humillante y esperpéntica del australiano es perdonada y promulgada por muchos amantes del tenis. 

La actitud matona, vacilona, humillante y esperpéntica del australiano es perdonada y promulgada por muchos amantes del tenis. 
En contra del bullying y a favor de Kyrgios, un sinsentido | Cordon Press

¿Qué harías si vas a un partido de categoría alevín y empiezas a ver a uno de los tenistas rompiendo raquetas, insultando al árbitro, gritando, dando saltitos en cada punto delante del rival y pidiéndole a alguien de la grada que le diga dónde tiene que sacar para ganar el punto? Seguramente, el 99% de la gente respondería a este pregunta destacando que eso no se puede permitir o que es una vergüenza que se eduque a un chaval en esos valores y con ese comportamiento.

Seguramente entre ese 99% de personas que viesen esa actitud en la pista, alguien haría un vídeo, lo subiría a las redes sociales y al correrse la voz, miles de personas se unirían a la causa diciendo que "eso no es tenis", que "no se puede permitir" y que "tenemos un claro problema en la educación de los más jóvenes". Aficionados, periodistas, famosos, deportistas en general y por supuesto tenistas. Todos lo denunciarían. Se volvería viral, como ha pasado muchas veces, y todo el mundo se uniría a la lucha contra este tipo de comportamientos.

Esto es lo que ha pasado con el chico de Mallorca que fue humillado el día de su cumpleaños de manera aberrante y por supuesto denunciable y execrable. Gracias a los altares, este niño recibió el apoyo de la opinión pública dejando imágenes maravillosas de ánimo y denuncia, pero claro, hay cosas que se escapan al razonamiento lógico. Salvando las distancias entre un caso y otro, ya que es mucho más grave lo del niño que lo de Kyrgios, ¿por qué algunos matones y macarras pueden tener un "pero" en todo lo que hacen cuando sus actos no merecen edulcorantes? ¿Queremos erradicar comportamientos agresivos y violentos en los niños, pero le ponemos excusas a lo que hace un jugador que pega pelotazos a compañeros, insulta a árbitros y aficionados y revienta raquetas porque no sabe soportar la frustración? No lo entiendo.

La ATP le permite todo o casi todo a Kyrgios, pero el mundo del periodismo y muchos aficionados al tenis también le perdonan todo bajo la excusa del "talento" y del "espectáculo". ¡Maravilloso ejemplo para los niños! Con unas cosas ponemos un hashtag en contra del bullying y con otras "oye, es un mal ejemplo, pero es que me divierte". ¿En qué quedamos? ¿Si da espectáculo vale todo? ¿Si no lo da, lo denunciamos? Lo veo un sinsentido, sinceramente.

Kyrgios es un matón. Tiene actitudes de macarra y de bullying. Machaca a sus rivales con gritos y numeritos. Y lo hace con un séquito en su palco que, como hacen los matones, ayudan al jefe a sepultar mentalmente al oponente. Este chico reventó una botella de agua contra la silla del juez hace unos años y después le vaciló diciendo que se le había escapado de la mano. ¡Y la gente se ríe! Imagina a un adolescente que le tira una botella a un profesor y pone la misma excusa. Si alguien lo grabase y lo subiese a las redes sociales, los mismos que excusan a Kyrgios dirían que es "intolerable". Hashtag #esonosehace. Pero si esa noche juega Nick... ¡Madre mía, está loco, pero qué espectáculo!". Lo dicho, un sinsentido.

Por desgracia, esto no va a cambiar y viendo que el tenis masculino empieza a ser más irregular por las ausencias de Djokovic y las lesiones de Nadal, Kyrgios puede que algún día se lleve un premio mayor que el de los ATP 500 que ha ganado. Porque esa es otra. Kyrgios no ha ganado ni un solo Masters 1000, algo que ya han logrado jóvenes como Carlos Alcaraz por partida doble o el polaco Hubert Hurkacz. No ha hecho grandes cosas en el tenis y a veces se le trata como si fuese John McEnroe. Pues no, señores y señoras. John, aparte de sus salidas de tono, ganaba los títulos más grandes, así que no comparemos caviar con mermelada de chorizo.

En fin, sigan dando alas a Kyrgios y luego pidan educación para los niños que le ven por televisión. Sigan diciendo que hay que respetar a los demás para después ponerle "peros" al talentoso Nick. Porque total, el postureo es gratis, ¿verdad?

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