
Los periodistas deportivos utilizamos en exceso el término ‘fracaso’, pero es el que mejor explica la actuación de la selección española en el Mundial de Qatar. Ha sido un fracaso rotundo, que ni hasta los más luisenriquistas pueden defender. España se marcha del Mundial habiendo ganado un partido de cuatro, ante Costa Rica. Ha perdido ante Japón para pasar segundo de grupo y ha caído eliminada ante Marruecos, no ante Brasil, Argentina, Francia o Portugal. España no ha cumplido con el mínimo objetivo y tampoco se puede ir con la cabeza bien alta, orgullosa de su juego, porque el fútbol de la selección ha estado a la altura de sus resultados.
Hace cuatro años, en el Mundial de Rusia, España cayó eliminada de la misma forma. Empate a uno ante una selección inferior, prorroga, penaltis y para casa después de haber movido la pelota de un lado a otro para completar un total de 1.115 pases. Aquel Mundial tenía una justificación, y es que Luis Rubiales había decidido prescindir de Julen Lopetegui a dos días del debut. Cuatro años después, y ya sin justificación alguna porque Luis Enrique tiene más poder que Luis Rubiales en la Federación, España ha tropezado con la misma piedra, repitiendo el mismo error. Esta vez han sido 1.019 pases en total. 1.019 pases para tres tiros en total. Conclusión: vale lo mismo poner al primero que pasa por ahí, que era Fernando Hierro hace cuatro años, que tener a Luis Enrique, un seleccionador que ha incumplido su palabra.
Él no prometió que España ganaría el Mundial, pero sí que veríamos una selección que no abusara del pase en horizontal, valiente y sin miedo a perder. ¿Han visto eso ante Marruecos? Yo no. Un disparo a puerta en toda la prórroga. Uno. Faltaban dos minutos y todavía seguían dando pases en horizontal. Luis Enrique no ha sido valiente ni con el último movimiento que tenía antes de los penaltis, ni para dar entrada a Pablo Sarabia a falta de tres minutos. Le mete para tirar un penalti y es incapaz de quitar a un central o a Busquets. Quita a Nico Williams, que había sido suplente y era el único que creaba peligro. Es lo que tiene encarar, meterle velocidad y no pedir el pase siempre al pie. ¿Dónde está la selección que prometió Luis Enrique? Si el seleccionador se queja, como todos los futbolistas, de que todos los rivales les plantean el mismo tipo de partido con once jugadores defendiendo (algo lícito, por cierto) ¿por qué Luis Enrique no ha trabajado en hacer algo diferente para que no suceda lo mismo de siempre? Han tenido cuatro años para trabajar esto. Pues nada.
Ni resultados, ni juego. Entonces, ¿qué ha hecho esta selección para que todavía salgan a defender su participación en el Mundial? Sí, están leyendo bien. Luis Enrique, después de este infame partido, ha afirmado que "han sido mejores que Marruecos" y que "han dominado el partido". Se pueden hacer a la idea de hasta dónde estoy cada vez que escucho a un entrenador defender que han dominado simplemente porque han tenido más la posesión que el rival. Hasta que no se pueda canjear 1.000 pases por un gol, este juego de España es intrascendente, no sirve de nada más que para desengancharnos o para lo que está pasando, para que se rían de nuestro estilo en el extranjero. Quizá los periodistas tiremos de tópicos y no sepamos de fútbol, pero él se engaña así mismo con un análisis simple, retorcido y mentiroso. España no ha dominado a Marruecos. Marruecos ha estado encantada con el partido que España ha disputado. Y es más, le recuerdo a Luis Enrique que la mejor parada del partido la ha hecho Unai Simón, y no Bono.
El análisis de Luis Enrique y el partido que ha hecho España no me ha sorprendido en absoluto. ¿Cómo va a sorprenderme cuando el seleccionador pone un sobresaliente bajo a la fase de grupos de España? Segunda, detrás de Japón, rezando para que Alemania marque a Costa Rica y va y se pone un sobresaliente bajo. Lo hace porque, según Luis Enrique, España sólo tuvo diez minutos malos ante Japón. La última media hora, con 1-2 en contra, esa que Luis Enrique no critica, fue exactamente igual que el partido que hoy ha hecho España ante Marruecos. Ni juego, ni resultados y, por no haber, no hace ni un análisis justo y preciso de nuestro partido. No sirve de nada, pero al menos que no me trate como un tonto y me mienta hasta el último día diciendo que "hemos dominado".
Ahora que España está fuera del Mundial tras haber hecho el ridículo, es normal que se le eche en cara a Luis Enrique que no haya llevado a los mejores futbolistas. Él quería un club y no a los mejores. Él tomó decisiones arriesgadas y complicadas de justificar. ¿Cómo defiende ahora que se haya llevado a Eric García, Hugo Guillamón o Pau Torres antes que Nacho, Albiol o Sergio Ramos, si ha preferido poner a Rodri de central? ¿Cómo defiende que no se haya llevado a Mikel Merino o Sergio Canales antes que a Koke, futbolista que no ha querido utilizar más que unos minutos porque se dio cuenta de su nivel de forma más tarde que cualquier aficionado que vea al Atlético de Madrid? ¿Cómo defiende que sólo se haya llevado un delantero centro y haya decidido prescindir de un especialista de área como Joselu o Borja Iglesias, si luego España se despide del Mundial con tres remates a puerta y el rival embotellado en su área?
Luis Enrique decidió arriesgar y ahora le toca aguantar, aunque a él le da igual, las críticas de la prensa que, sin tener ni idea, intuía que esto podía pasar. Ha sido mal seleccionador, confeccionando la lista, y ha sido mal entrenador porque incluso con una lista deficiente, con un grupo de futbolistas inferiores a otras grandes selecciones, España tenía y debía jugar y competir mejor de lo que ha hecho en este Mundial. Por no acertar, no ha acertado ni en los cambios. Falló ante Alemania, falló ante Japón y hoy ha vuelto a fallar quitando a Asensio antes que a Ferran Torres o a Gavi antes que a Pedri. ¿Cómo ha podido jugar Ferrán 77 minutos? ¿Cómo ha podido aguantar a Pedri todo el partido cuando no se ha atrevido a dar un pase vertical en 120 minutos? Hay jugadores que no han aguantado la presión, algo de lo que se rio Luis Enrique este lunes cuando le preguntaron. "Tópicos", decía. Busquets, un futbolista que no puede soportar 90 minutos de élite, ha aguantado una prorroga tras haber jugado los tres partidos de la fase de grupos. Luis Enrique ni se ha atrevido a prescindir de él para meter a un centrocampista más ofensivo. Fracaso. Decepción. Un desastre. Tópicos, sí. Tópicos que se ajustan a la realidad de España en este Mundial.
