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Agapito Maestre

Los agoreros del PP

La "derecha sin remedio" o se demora demasiado o se adelanta sin sentido a las embestidas del toro de la política.

La "derecha sin remedio" o se demora demasiado o se adelanta sin sentido a las embestidas del toro de la política.
Alberto Nuñez Feijóo, acompañado de Borja Sémper, durante la rueda de prensa este lunes en la sede de Génova en Madrid. | EFE

Alberto Nuñez Feijóo ya ha adelantado la posición del PP sobre la moción de censura. Se abstendrá. Malo. Es nefasta esta actitud no sólo por la abstención, sino sobre todo porque no respeta el tiempo de la política. El PP actúa como los malos toreros que no se acoplan al ritmo y la velocidad del toro. ¡El temple! Falta temple. La "derecha sin remedio" o se demora demasiado o se adelanta sin sentido a las embestidas del toro de la política. Siempre está fuera de cacho. En realidad, no sé si creen demasiado en la política. Y, además, nos dan lecciones de moderación. Sobraos son los muchachotes de la calle Genova. Tan prepotentes son algunas de sus declaraciones que mueven a vergüenza ajena; he aquí una de Borja Sémper, portavoz o cómo se diga del PP, "moderación es que no te importe a quién reza, vota o besa el ciudadano". Falso, señor Sémper, es su juicio. Moderado es quien respeta a la persona diga lo que diga, o vote lo que vote, pero discute y, sobre todo, combate lo que dice y vota, especialmente si se tiene una posición política e ideológica diferente.

Estos muchachotes de la "derecha sin remedio" no paran mientes a la hora de hacer declaraciones broncas, destempladas, vengan o no a cuento. Olvidan permanente lo evidente: la política nunca es a priori. La política es a posteriori o no es política, sobre todo si se trata de una discusión parlamentaria; es una regla básica, elemental, de la democracia liberal desde que fuera institucionalizado uno de los varios espacios público-políticos donde se desarrolla la vida política. Ya sé que mi opinión, una obviedad de primero de Pedagogía política, es una compleja sutileza para la "derecha sin remedio", o sea para el PP, que pretende llegar al poder, al campo embarrado de los socialistas, los comunistas, los separatistas y los exterroristas, sin despeinarse, es decir, jugando al agujero negro del centrismo. Está bien. Quizá gane. Creo que no es difícil conseguir el premio del poder en un país en decadencia moral, política y económica, si las elecciones se desarrollan con unas mínimas garantías; aunque aquí nadie descarte nada, la toma ideológica y cuasi violenta de todas las instituciones por parte del Ejecutivo puede dar al traste con cualquier opción democrática.

A pesar de esos peros, o sea, a pesar de que el gobierno de Sánchez seguirá embarrando cada vez más el terreno para que no haya una salida democrática a la altura de las circunstancias de un país en bancarrota, Alberto Nuñez Feijóo ha dicho que "el PP se abstendrá" en la moción de censura; prefiere la abstención, sí, antes que votar en contra de que siga Sánchez en el poder. Es incomprensible. La "derecha sin remedio", cuando le ofrecen un remedio para salir de ensimismamiento o, todo lo contrario, de su febril agitación, prefiere jugar al centrismo. La nada. Resulta absurda la decisión tanto desde el punto de vista lógico como ontológico. Una vez que se presenta la moción de censura: ¿por qué abstenerse, cuál es el argumento de la abstención, si es que de verdad se quiere echar al gobierno más nefasto de los últimos cuarenta años?, ¿no hallo una relación de causa-efecto, ciertamente, entre "no sumamos votos para expulsar al gobierno" y la abstención pepera? Quizá mis entendederas sean ínfimas, pero tengo la sensación de que la "derecha sin remedio" nos trata como si fuéramos imbéciles.

Es comprensible que, entre las terminales mediáticas del PP haya debate por la oportunidad y la forma de presentarse la moción de censura, incluso es comprensible que se critique, censure, e incluso se desprecie la iniciativa parlamentaria por la edad de Ramón Tamames, el personaje elegido por VOX para presentar la moción censora, pero no alcanzo a comprender la actitud abstencionista de los agoreros dirigentes del PP. Sí, me cuesta entender sus pronósticos, conjeturas y vaticinios de sucesos futuros, prósperos o adversos, por medios que no tienen conexión alguna con ellos. Una cosa es no sumar votos para derrotar a Sánchez y otra, creo que bastante diferente, abstenerse sobre la moción de censura que pretende expulsarlo del gobierno de España.

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