Es indudable que una región como Madrid, con seis millones de habitantes y una intensa actividad económica, tiene algunos problemas que solucionar y posibilidades de mejora en no pocos campos. Podríamos discutir si la mayor parte de esos asuntos son efectivamente susceptibles de arreglarse o corregirse desde el poder político, esa es otra cuestión, pero lo que es lógico e indudable es que los partidos se presentan a las elecciones con una serie de medidas que, al menos en teoría, deben atacar esos temas que preocupan a los ciudadanos.
Sin embargo, la izquierda en Madrid y singularmente aquella que es representada por Más Madrid y Unidas Podemos está a otras cosas. El mejor ejemplo de ello es Mónica García, la líder del grupúsculo errejonista que día sí, día también, se descuelga con ideas que sólo pueden ser calificadas de surrealistas, y eso poniendo mucha buena voluntad a la hora de adjetivar.
La ocurrencia de este jueves ha sido hilarante: la antes conocida como MeMa (médica y madre) ha señalado lo "presionadas" que sienten las mujeres que, por voluntad propia, deciden descargar una app de citas, se dan de alta en el sistema e interactúan con otros usuarios en un entorno en el que, con un simple movimiento del dedo, se puede rechazar a alguien y no volver a tener contacto con él.
Más allá de la anécdota, es una muestra más de la ignorancia supina con la que Mónica García aborda cualquier tema y desde la que se atreve a hacer propuestas que, en buena lógica, acaban siendo completamente disparatadas. Y si en estos temas menores los de Más Madrid disparatan, imaginen a qué punto de irracionalidad pueden llegar en los más complejos como la Sanidad, que tanto critican pese a que las cifras avalan la de Madrid como una de las mejores de Europa.
Por otro lado, cualquier observador mínimamente perspicaz se dará cuenta de una cosa: si las alternativas que la izquierda presenta a la gestión de Ayuso son cosas como controlar el machismo en la apps de citas… está claro que el trabajo de la presidenta de Madrid es difícilmente cuestionable. No puede haber mejor aval para una gestión que tener que irse a esas mamarrachadas para hacer oposición.
Ese y su falta absoluta de solvencia son los problemas de una Mónica García que, según apuntan todos los sondeos, la llevarán a sufrir un serio y merecido correctivo en las urnas el próximo 28-M.