Menú
Pablo Planas

El ministro Montapollos

La escena es impagable y retrata al personaje, un tipo que no se puede creer que una funcionaria le mande a freír espárragos.

La escena es impagable y retrata al personaje, un tipo que no se puede creer que una funcionaria le mande a freír espárragos.
Felix Bolaños a su llegada al Congreso al acto con el presidente de Colombia, Gustavo Petro. | Europa Press

El todavía ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha sido el último miembro del Ejecutivo en hacer un "usted no sabe con quién está hablando". El penúltimo fue el alto cargo, nivel 29, del ministerio de Irene Montero, que se peleó con dos azafatas en el aeropuerto de Santiago de Compostela. Ese sujeto, José Andrés del Reino Cárdenas, pasó la noche en el calabozo, pero no se han difundido imágenes de su peripecia. En cambio, la maniobra de Bolaños tratando de colarse en la tribuna de autoridades está funcionando como un tiro en las redes sociales.

El hombre se menea entre el cordón y la peña con cara de estar a punto de perpetrar un "simpa". Trata de deslizarse hacia las escaleras que dan acceso a la tribuna como aquel que silba distraído en la cola de facturación mientras acarrea una maleta llena de droga. Y cuando parece que está a punto de colarse y lograr su objetivo, una señora le corta el paso y lo deja en evidencia. El ridículo de Bolaños es histórico, colosal, indescriptible. Que bochorno, sí. Un ministro de España haciendo el bobo, tratando de colarse en una fiesta a la que no le han invitado.

La escena es impagable y retrata al personaje, un tipo que no se puede creer que una funcionaria le mande a freír espárragos por muy ministro de la Presidencia que sea. Luego están los pelotas, esos lacayos de Bolaños que discuten con la funcionaria porque el ministro no se rebaja a hablar con subalternos. Los acompañantes de Bolaños presionan a la jefa de protocolo. "El ministro tiene que subir, el ministro tiene que subir", dice un chulapo. Ella, la jefa de protocolo, Alejandra Blázquez, no se acobarda y se planta cerrando el paso al nota y sus correveidiles. Y ese ministro estupefacto, perplejo, asombrado y retratado como el típico montapollos que se niega a soplar en el control de alcoholemia.

Qué pena de Gobierno, qué lástima de ministro, qué dolor de personaje. Félix Bolaños, alias "usted no sabe con quién está hablando". Él, que iba a poner en su sitio a una mujer, Isabel Díaz Ayuso, casi acaba haciendo pucheros ante otra mujer, Alejandra Blázquez. Las feministas de izquierdas deberían estar celebrando que se le hayan parado los pies a un machirulo. Pero no, lo que hacen es reclamar no saben qué sobre protocolos, ordenanzas, diplomacia y todas esas cosas que suelen pasarse generalmente por debajo del arco del triunfo.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Biblia Ilustrada
    • Libro
    • Curso