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Más pistoleros en el brazo político de ETA

ETA no mata, pero manda en Bildu. No es de extrañar que quien pacta con ellos, como Pedro Sánchez, sea insensible a la indignación de las víctimas.

El 12 de julio de 2011 la organización terrorista ETA enviaba un comunicado a los diarios Gara y Berria en las que celebraba con razón los buenos resultados electorales de su entonces nueva marca electoral, EH Bildu, así como se jactaba de que "Euskal Herria haya ganado la batalla política e ideológica de la ilegalización". La euforia de los terroristas era tan ofensiva como lógica, pues, a pesar de la ilegalización de Bildu, sentenciada por el Tribunal Supremo, y de la supuesta vigencia de la Ley de Partidos, el Tribunal Constitucional había permitido poco después a este brazo político de ETA presentarse a las elecciones de mayo de aquel año, tras las que se convirtió en la primera fuerza política del País Vasco por número de concejales.

Si tenemos presente que Bildu está liderada por Arnaldo Otegui —un antiguo pistolero de "ETA Militar" que ya había sido dirigente de marcas electorales previas de ETA como Herri Batasuna y Batasuna— no es de extrañar que la organización terrorista quisiera en 2014 colocar a otros condenados por terrorismo en las listas de Bildu, Sortu y Amaiur como Juan Lasa Michelena, alias 'Txikierdi', José López Ruiz, alias 'Kubati' o Isidro Garalde, alias 'Mamarru'.

Ahora se ha sabido que Bildu va a presentar en sus listas para las próximas elecciones de mayo nada menos que hasta 44 condenados por terrorismo, entre los que figuran "compañeros de armas" de Arnaldo Otegui tan sanguinarios como Asier Uribarri, Agustín Muiños, alias "Tinin", Lander Maruri, Begoña Uzkudun, José A. Torre y Juan R. Rojo, condenados todos ellos por asesinato.

Ni que decir tiene hasta qué punto el gobierno social-comunista de Pedro Sánchez y sus terminales mediáticas han querido pasar de puntillas ante esta noticia, que se han negado a comentar. Y no sólo porque deja en evidencia el enorme acto de hipocresía que supone el hecho de que siga vigente la ley de partidos, sino porque manifiesta la absoluta falta de escrúpulos morales del gobierno de Sánchez que no sólo no ha dejado en ningún momento de "blanquear" a este partido político etarra sino que, además, lo tiene como socio de gobierno.

Y es que, con independencia de cuantos miembros del mal llamado "brazo militar" hayan pasado al "brazo político" de la organización terrorista, lo que es un hecho incuestionable es que todos los miembros de Bildu se han negado siempre a condenar los crímenes de ETA, razón más que suficiente para considerarlos a todos ellos "filoetarras". Lo que es una vergüenza es que por utilizar esta acertada expresión, la presidencia socialista del Congreso expulsara de la Cámara hace unos meses a la diputada de Vox, Patricia Rueda, cercenando no solo la libertad de expresión sino impidiendo también que se diga en el Parlamento la verdad sobre lo que es Bildu.

Que la organización terrorista considere, tras casi un millar de de asesinatos —muchos de ellos aun sin juzgar y castigar— que "la estrategia militar sobra y estorba" —por utilizar la nauseabunda expresión de Arnaldo Otegui— no borra la nauseabunda naturaleza proetarra de Bildu. Y es que como escribiera hace menos de un año Carlos Iturgaiz, "ETA no mata, pero manda en Bildu". No es de extrañar que quien pacta con ellos, como Pedro Sánchez, sea insensible a la indignación y al clamor de las víctimas.

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