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Luis Herrero Goldáraz

Utilizar a las víctimas

La hipocresía suele seguir un carril de dos direcciones. Por eso chirrían tantas voces que han saltado a criticar el criticable "Que te vote Txapote".

La hipocresía suele seguir un carril de dos direcciones. Por eso chirrían tantas voces que han saltado a criticar el criticable "Que te vote Txapote".
La portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua. | EFE

Reconozco que al principio no lo vi problemático. Escuché el "eslogan" pero no puse cara a las víctimas, esas personas concretas que llevan décadas con la vida truncada porque Javier García Gaztelu, alias Txapote, entre otros, lo quiso así. Lo que supuse sin pensar fue que estarían de acuerdo, que el tratamiento que el Gobierno de Pedro Sánchez ha dispensado a Bildu, formación que justifica los atentados de ETA y homenajea a sus asesinos, era demasiado como para dejarlo pasar sin ni siquiera un reproche. Y lo supuse porque eso, el reproche, es la reacción instintiva que nos sale a millones de españoles que fuimos víctimas también de la amenaza constante que supuso el terrorismo, esa mezcla de fanatismo, sangre fría y maldad que nos mantuvo atenazados a todos durante demasiado tiempo.

Lo que pasa es que es muy fácil hablar cuando el familiar asesinado no es el tuyo. Y es muy fácil gritar cuando el odio que se arroja contra alguien se cree justificado. Por eso, precisamente, las víctimas verdaderamente admirables han sido siempre las de ETA. Porque teniendo más motivos que el resto para odiar y gritar decidieron sobrellevar dignamente el resentimiento, es decir, apostaron por desactivar la violencia. Hoy es triste comprobar que varias de esas mismas víctimas se encuentran enfrentadas. Y es muy ilustrativo escuchar a Consuelo Ordóñez, hermana de Gregorio, quizá la que con mayor exactitud ha sabido advertir que cuando se contrapone odio con odio lo que se ensancha es el dolor y lo que se genera es más víctimas.

A mí me basta con que una sola de ellas diga que le incomoda el "eslogan" para sumarme a su petición de que se deje de usar. Entiendo que es la postura más coherente si lo que se quiere defender es su dignidad y lo que se le reprocha al Gobierno es el desprecio hacia ellas que denota su compadreo con Bildu. No es difícil entender, si de verdad se las escucha, que muchas sientan repugnancia por la forma en la que ciertos partidos han aprovechado el famoso cántico para sacar rédito electoral. Y no cuesta demasiado entenderlas porque es la misma repugnancia que sentiríamos todos si comprobásemos con cuánta hipocresía llegan algunos a instrumentalizar nuestro dolor más profundo.

Ocurre, sin embargo, que la hipocresía suele seguir un carril de dos direcciones. Por eso chirrían también otras voces que han saltado a criticar el "eslogan". Me refiero a esas voces que ahora hablan de víctimas agraviadas, de oportunismo siniestro, de mal gusto, pero que jamás se pronunciaron cuando esos mismos argumentos podían utilizarse para señalar a otros políticos que continúan ignorando el dolor que han generado con algo más que palabras. En el fondo, a esas voces poco las diferencia del PP o de Vox, tan ufanos pensando que un cántico que molesta a buena parte de quienes dicen defender les favorece. Y casi nada del PSOE, ese partido temeroso del fascismo que detecta más peligro en quienes gritan "Que te vote Txapote" que en quienes planean recibirlo entre vítores cuando salga de la cárcel. Todos ellos participan de la misma asquerosa hipocresía que representa hoy más que nadie Bildu, respetuoso con las víctimas hasta el punto de seguir considerándolas un mal necesario que hubo que pagar por hacer más asequible su entelequia nacionalista. Lo que hacen es utilizarlas cada uno a su manera. No les importa ni enfrentarlas entre sí, si así consiguen convencer a algún idiota de que ser despreciable no es para tanto si el de enfrente lo es más todavía.

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