
Se pensará que el primer error es el título. Soy consciente, desde luego, de que los dos términos –malicia y error– han sido, desde siempre, antitéticos, por lo que unir ambos no pasaría de ser una aberración.
E insisto que, desde siempre, aunque tengo serias dudas de que sigan siéndolo hoy. El derrumbe que el sanchismo ha provocado en lo que siempre había sido, para que dejara de serlo, no sólo ha abarcado hechos, principios… sino que se ha extendido también a nuestra lengua madre: el español.
Tan así que, incluso los más avezados, dudan sobre lo que pueda ser la malversación, la diferencia entre consulta para la independencia o autodeterminación, y referéndum, con idénticos propósitos; hasta la sedición se considera por algunos un acto patriótico…
¿Por qué no admitir, como hecho político, el error malicioso? Sí, algo que viste ropaje de error, pero que los artífices pusieron toda su malicia en hacer ver que es –error– cuando, realmente, encubre una acción maligna, para conseguir un resultado.
Algunos, considerarán que somos malintencionados al tratar de buscar tres pies al gato. Pero, puestos a hablar de felinos, recordaré que el gato escaldado, del agua fría huye. Y, en España, somos muchos los escaldados del sanchismo, como para aceptar, inocentemente, lo que presenten como errores, cuando, escarmentados, pensamos que, si lo fueran, lo serían con malicia.
Las Elecciones Generales del 23 de julio próximo, son un buen manantial para los, digamos, errores. Empezando por la fecha, que no es error, porque el propio presidente aseguró que así quería que fuese, aunque, se considerará que es poco propicia, para un pueblo que tiene otros objetivos, además de votar en elecciones.
Eso, junto a que parte de la plantilla de Correos, aspirará legítimamente a unas vacaciones, como tantos españoles, en los momentos de más calor, es decir, julio y agosto. Pero, pedir eso al Presidente Sánchez, es pedir demasiado; él no puede ocuparse de los empleados de Correos.
Es más, se había prometido reforzar el servicio postal, dada la acumulación de trabajo esperada, y de lo dicho, nunca más se volvió a hablar. ¿Es que Correos objetó, que no necesitaban ayuda? Si así fuera, mi admiración por su abnegación. De no ser así, otro error que tampoco carece de malicia. Muchos se quedarán sin votar.
¿Y las 450.600 documentaciones para voto por correo sin entregar, por falta de localización? Todo, tarde y mal. ¡Cuánto error, Dios mío!
Y, continuando en los errores, encontramos el de papeletas que se envían al exterior. Algunos Consulados han denunciado que en la valija diplomática, en que los Subdelegados del Gobierno remiten las papeletas de cada provincia para las votaciones, alguna provincia no ha remitido las del Partido Popular, mientras que están duplicadas las del PSOE. ¡Qué casualidad!
Me parece demasiado error. Aunque, nadie sabe nada, como de costumbre; ni el Subdelegado del Gobierno de la provincia, ni el Ministro Albares, que declaró, ni siquiera saber si es un error generalizado. ¡Pues, anda que yo!
Pero, pregunto: ¿Para cuándo los ceses? Admitir errores, sin ceses, presupone malicia.
