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Enrique Navarro

Amarga victoria

Un candidato se echó al monte con el cuchillo entre los dientes dispuesto a pelear y otro quería ganar sin despeinarse, casi forzado a un debate.

Un candidato se echó al monte con el cuchillo entre los dientes dispuesto a pelear y otro quería ganar sin despeinarse, casi forzado a un debate.
La sede del PP ayer tras el escrutinio. | PP

Así tituló El Mundo la victoria de Aznar en las urnas en 1996, cuando todos esperaban una mayoría suficiente para gobernar. En aquella época, el Partido Popular pudo encontrar aliados que todavía no se habían echado al monte. Los cuatro años exitosos de experiencia de gobierno cimentaron la mayoría absoluta de 2000. Y esta es la principal tragedia para el PP, que no va a poder ir a las próximas elecciones desde la Moncloa.

Los resultados electorales pueden analizarse desde el punto de vista aritmético, desde el punto de vista de una carrera por las posiciones, en función de las expectativas que tenía cada contendiente o por su distribución territorial. Cada uno puede manejar estos datos como le convenga para maquillar su resultado. Mi punto de vista es mucho más simple, y las conclusiones también son más sencillas.

Primero, Sánchez gobernaba y no seguirá haciéndolo, deberá acudir a otro proceso electoral. Los tiempos electorales de sus aliados nacionalistas no le ayudarán a reconstruir el gobierno LEGO. Lo demás es sacar pecho.

Segundo, a Feijóo le pusieron una alfombra roja después de dejar de lado a Pablo Casado, uno de los triunfadores de la noche, para ser presidente del gobierno, y no lo va a ser ahora, y 2024 está muy lejos.

Tercero, Se creó un partido-coalición para ganar a Vox y dar una mayoría de izquierdas, dejando de lado a Irene Montero, otra de las triunfadoras de la noche, y el resultado ha sido peor que en 2019. Sumar ha restado y Sánchez ha planchado a Yolanda Díaz.

Cuarto, Vox aspiraba a alcanzar un número solido de diputados para que Abascal ,que ya tenía cara de vicepresidente, lo fuera, basado en apretarle las clavijas al PP en los gobiernos, y el resultado le ha salido rana. Hoy tienen menos peso y lo más grave es que las fugas en gobiernos autonómicos y ayuntamientos hacia el PP pueden debilitarle todavía más, no nos olvidemos de Ciudadanos y sus tránsfugas que casi colocaron una vicepresidenta a Feijoo.

Quinto, un candidato se echó al monte con el cuchillo entre los dientes dispuesto a pelear y otro quería ganar sin despeinarse, casi forzado a un debate. Sánchez no dudó en mostrar su apoyo a Taylor Swift para conseguir el voto joven, mientras que Feijoo estaba buscando en Wikipedia quién era esta líder política americana.

Sexto, los nacionalistas catalanes se fueron a la playa, cansados de que sus votos en Madrid no sirvan para nada a sus intereses, entregándole al PSOE un número de escaños que hacen la diferencia entre las encuestas y la realidad.

Séptimo, todos los barones y alcaldes socialistas que achacaron sus malos resultados electorales al efecto Sánchez, ya pueden comenzar a hacer acto de contrición; los resultados fueron culpa suya.

Octavo, Ayuso continúa fastidiando a los líderes del partido, en el buen sentido, la diferencia de resultados entre las autonómicas y las generales demuestran que un buen candidato con personalidad atrae más votos, aunque sea lejanos, si sale con el cuchillo entre los dientes. M.A.R. publica ya ese libro para que todos aprendamos que es lo que busca el pueblo en un candidato ganador. Dicho lo cual no olvidemos que Madrid es a España lo que Nueva York a los Estados Unidos.

Noveno: los del PNV notan agitado el nogal y no se fían del Psoe. Las elecciones vascas son una tentación sobre todo si Bildu tiene más escaños en Madrid que el PNV. Ya veo al PP apoyando al PNV en Ajuria Enea y estos en Madrid.

Décimo: Sánchez sigue en la Moncloa así que no moverá ninguna ficha arriesgada. ¿En febrero quien estará más fuerte Sánchez o Feijoo? Pues dependerá solo de una cosa, de que Feijoo se despeine, se ponga el cuchillo entre los dientes y arriesgue. Haciendo lo mismo no puede esperar resultados diferentes.

Posdata: Hay dos teorías sobre la caída de Vox. La primera es el trasvase de votos al PP por la teoría del voto útil: respuesta, el PP contra quien debía hacer campaña es contra Vox, lo de pescar votos socialdemócratas suena a ciencia ficción. Vox parece que juega a la lotería haciendo depender sus resultados de lo que haga el PP. Segunda teoría: Vox ha perdido el rumbo originario, respuesta no lo sé, pero, cada día que pasa, Vox se aleja de los movimientos conservadores europeos y se desliza hacia el nacionalcatolicismo, y esto ahuyenta a muchos propios y moviliza a muchos ajenos que recuerdan con terror esa época.

Nos vemos en febrero, sin presupuestos y Sánchez meditando si no sería este un buen momento para retirarse en olor de multitudes y sustituir a Stoltenberg.

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