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Media España no se resigna a morir: PP y Vox ante el golpe de Sánchez

Estamos ante el abismo de un golpe contra el régimen constitucional encabezado por el propio presidente del Gobierno.

Estamos ante el abismo de un golpe contra el régimen constitucional encabezado por el propio presidente del Gobierno.
Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal en una imagen de archivo. | EFE

La respuesta de Sánchez a la carta de Feijóo -que Vox desautorizó apenas enviada- no sólo demuestra lo crecido que anda el patán, sino la política abiertamente golpista y contra media España que imagina desde Moncloa. Eso debería hacer recapacitar, si es que todavía queda un poco de cerebro y de patriotismo en las filas de Abascal, sobre la naturaleza del proceso a que se va a enfrentar la oposición, en principio formada por PP, Vox y UPN, ya que Coalición Canaria (acreditando su popular mote isleño de Corrupción Canaria) se ha mostrado dispuesta a negociar la investidura de Sánchez, no la legislatura, como si pudiera haber legislatura sin investidura previa. Las declaraciones de Valido muestran la irresponsabilidad y la ceguera de los que, en la clase política, no quieren ver que Sánchez nos lleva a un cambio de régimen, no de gobierno; a un golpe de Estado, no a una legislatura más.

Los grotescos argumentos de Coalición Canaria

La entrevista de Vadillo en El Mundo demuestra que la falta de cerebro coincide cómodamente con la falta de moral. Y aunque matizara luego, la raíz del mal está ahí: en la corrupción intelectual al servicio de la corrupción política. Siguiendo un mantra electoral que de nada sirve en el panorama abierto el 23J, Valido dice que lo que no quieren es pactar con Vox ni con Sumar. Como si fuera lo mismo el partido vástago del régimen genocida de Caracas, donde tantos miles de canarios lo han perdido todo, que un partido que respeta la Constitución y aspira a reformarla legalmente.

Dice Valido que ellos no están con la extrema derecha ni con la extrema izquierda. Falso. Al votar a Sánchez votan a su recua totalitaria, desde el PNV, partido racista desde sus inicios, simpatizante de los nazis y xenófobo hasta el tuétano, a Esquerra Republicana, primer partido fascista en España, cuyo líder golpista Dencás huyó en 1934 a Roma, a esconderse bajo las faldas de Mussolini. Como el PNV en la traición de Santoña.

La extrema derecha racista y xenófoba, con Sánchez

Y no hablemos del partido sucesor de Convergencia, Junts, cuya xenofobia es estructural y cuya discriminación de los catalanes por razón de lengua o simpatía política desembocó en el Golpe de Estado de 1917, a medias con ERC. A Coalición Canaria, por lo visto, le da lo mismo que a Sánchez lo invista, con su voto o su abstención, un prófugo de la Justicia. Tampoco le importa a CC votar junto al terrorista Otegui, entusiasta socio de Sánchez, que dice que formará gobierno con los comunistas de Sumar. Ni que el PSOE abra la puerta a la liquidación del régimen constitucional. ¿Hay algo que realmente le importe a los paisanos y hasta hace poco socios del Tito Berni? ¿Le basta a Valido, como a cualquier vocalista de la SER, dar carnés de demócratas a todos los partidos totalitarios y separatistas que forman la mayoría sanchista de la que sale el Gobierno, como si no saliera?

Pues sí. Por lo visto, sí. Los aliados de Sánchez adoptan su mismo discurso y chapotean, porque lo suyo es txapotear, en las mismas mentiras y contradicciones. Blanquean no sólo a Sánchez, sino a todos sus aliados, y se quedan tan frescos. Hacen como que no ven lo que está a la vista. Pero dicen hacerlo para obtener beneficios para su región. ¿Puede beneficiar a Canarias la liquidación del régimen constitucional que votaron en 1978? ¿Alguien cree que los beneficios que, a modo de tómbola, ofrece el PSC al golpista de Waterloo, como condonar, con cargo a todos los españoles, la inmensa deuda pública de Cataluña, puede favorecer la economía canaria?

En el fondo, les da igual. Los nacionalistas, al cabo enemigos de España, actúan como si sus actos no acarrearan nunca consecuencias desastrosas. Y así hemos llegado a la más desastrosa que cupiera imaginar: un prófugo de la Justicia dictando condiciones para investir al futuro gobierno de España. Y los así chantajeados por un delincuente, felicitándose por cumplirlas.

En el fondo no pueden, porque son ilegales, desde la amnistía al referéndum separatista, pero Sánchez y Pumpido están dispuestos a destruir por la base la legalidad. No a sortearla, a destruirla. A los valido, les da lo mismo mirar al abismo que dar un paso al frente, si creen que queda otro.

Pero ya no hay más pasos que dar. Estamos ante el abismo de un golpe contra el régimen constitucional encabezado por el propio presidente del Gobierno.

La irresponsabilidad política y mediática

Más culpables, si cabe, que unos políticos necios e irresponsables son los medios de comunicación que, de forma consciente o no, están blanqueando a todos los delincuentes pasados y presentes que apoyen a Sánchez. En la campaña, les molestaba mucho, porque enunciaba una gran verdad, el "Que te vote Txapote". Ahora no sólo acogen con entusiasmo, "para no perder los avances sociales conseguidos", que les voten todos los asesinos y todos los golpistas catalanes, que, decían, habían sido moderados por el PSC. Ya no son moderados ni lo han estado nunca, pero ahora eso les importa poco. Ahora van a desempolvar lo que decía Sánchez en la SER al comienzo de su tiránica legislatura, que los catalanes "no habían votado su estatuto", como si anular doce artículos anticonstitucionales no fuera parte esencial de un proceso democrático con garantías y como si votar la Constitución masivamente, más que ningún Estatuto, careciera de valor porque ahora le conviene a Sánchez ser tan golpista como quiera Puigdemont. Lo que sea.

Lo trágico es ver como en el PP y en Vox, que aparentemente comparten el mismo análisis del peligro para España que supone otra legislatura en manos de Sánchez y sus secuaces, se desentienden del asunto. En el PP se abonaron a la táctica de ofrecerle al PSOE que gobierne la lista más votada o que compartan el gobierno, antes de pactar con los enemigos de España. Por supuesto se trata de retratar ante la opinión pública que todo lo que pase será exclusiva responsabilidad de Sánchez y el PSOE, pero como hay una tradición en el PP de sumisión la Izquierda, un borjaguay ha llegado a decir que estaban dispuestos a "hablar con Puigdemont dentro de la Constitución". Dentro, está el PP; y fuera es evidente que está un prófugo de la justicia, golpista irredento y separatista radical. O sea, que no hay nada que hablar fuera de la legalidad. Y punto. Hay que ser imbécil para decir otra cosa, pero los hay. Ven un micrófono y se ponen estupendos.

El difícil equilibrio de Feijóo y el cambio de Abascal

No entienden la difícil situación de Feijóo, obligado al equilibrio de ofrecer un pacto a Sánchez que será rechazado y a la vez presentar una alternativa al nuevo Frankenstein, sin votos suficientes para sumar una mayoría, para que conste ante la opinión pública y previendo sucesos venideros, que no hay excusas de "ustedes me obligaron a hacerlo". El chulo se obliga solo.

¿No entiende esto Abascal? Por supuesto. Pero también sabe que refuerza su línea anti-PP, que, tras la purga de liberales, es más poderosa que nunca. Y que está en línea con la evolución de la ayer llamada derecha alternativa que en Francia o Alemania es ya, abiertamente, un socialismo de derechas, con un discurso tan anticapitalista en Melenchon como en Yolanda Díaz. Adiós al Vox que defendía la propiedad privada como base de la libertad. Vuelve al franquismo autárquico, ni siquiera al del Plan de Estabilización del Opus, que trajo la mayor prosperidad conocida a la España trabajadora.

En su nueva estrategia estatalista, Abascal esperará a que se estrelle Feijóo, pensando que de un PP más débil, no más cargado de razón para hacer una oposición frontal al plan de Sánchez, saldrá un Vox más fuerte, porque sale del 23J muy débil. Muy sectario, pero débil, sin más estrategia que la de defender un acuerdo con el PP del que, por otra parte, dice que es igual que el PSOE. O sea, que, en teoría, podría ofrecer sus votos al PSOE igual que al PP. En la práctica, Vox ha perdido un discurso coherente frente al PP. Y la base social de la derecha, que es la misma, se lo hará pagar muy caro.

Media España no se resigna a morir, PP y Vox deben ayudarla

Siempre hemos defendido en el Grupo LD la necesidad de una alianza a largo plazo PP-Vox, no sólo contra el Gobierno Sánchez, sino contra su plan, que es el desmantelamiento del régimen constitucional por su base, la soberanía del pueblo Español, al que se quiere desposeer de su propiedad legítima sobre toda España para trocearla y repartirla entre sus enemigos. Ese proceso se está acelerando por su propia naturaleza revolucionaria y por las prisas de los separatistas en aprovechar la colaboración de Sánchez y de toda la izquierda, sin excepción. Como en 1936, al menos media España no se resigna a morir. Y habrá que obligar a los partidos que nos representan a cumplir con esa obligación antes que con su inclinación, que es gallinácea, muy lejos de la generosidad patriótica que merece el peligro. No sé cómo viendo al chulángano de zoco por Marruecos Feijóo y Abascal no se han conjurado para acabar cuanto antes con semejante esperpento. Por ética, por estética y porque el chulángano los trata como a él Mohamed.

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