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Castilla y León

Daniel Rodríguez Herrera

Ideas de bombero

A quien se discrimina rebajando los requisitos para una parte de los bomberos es a las víctimas, hombres y mujeres, a los que se pone en riesgo.

A quien se discrimina rebajando los requisitos para una parte de los bomberos es a las víctimas, hombres y mujeres, a los que se pone en riesgo.
Un hombre de negocios aturdido cubierto de polvo y aún agarrando sus pertenencias junto a un bombero horas después del ataque del 11 de septiembre en el World Trade Center. | Cordon Press

Parte de la izquierda se ha vuelto loca con la decisión del ayuntamiento de Burgos de imponer unos mínimos en las pruebas físicas para obtener una plaza de bombero comunes a hombres y mujeres. Para el diario Público, ese que encumbra como heroína a la fundamentalista secuestradora de menores María Sevilla, proponer un trato igual a todos los candidatos es una "discriminación evidente". Porque, por razones biológicas evidentes, es mucho más difícil que una mujer pueda superar los requisitos mínimos para poder ejercer una profesión en la que el físico es crucial a que lo haga un hombre.

Lo curioso del caso es que las protestas vienen de la misma bancada ideológica que ha apoyado sin fisuras la ley trans, merced a la cual un hombre incapaz de superar los baremos físicos diferenciados para ellos podría cambiar su sexo registral y someterse a las pruebas para mujeres, con un listón más bajo, y obtener así su plaza de bombera sin mayor problema. Si los hombres pueden ser mujeres simplemente expresando su voluntad en el registro y esperando un máximo de tres meses, ¿para qué poner cuotas o bajar los requisitos para las mujeres si los hombres pueden cambiarse el sexo y acceder a esas plazas?

Es más, esa misma ley impone a las distintas competiciones deportivas la obligación de aceptar a los deportistas según su "sexo registral", no su sexo real, salvo que esto entre en conflicto con las normas internacionales del deporte en cuestión. Para defender esta postura, han intentado vendernos que los hombres no tienen realmente ventajas físicas sobre las mujeres, que las Williams podrían ganar torneos jugando contra los hombres o que los equipos de fútbol femeninos podrían competir contra los masculinos. Spoiler: no, no pueden, lo cual es la razón por la que existen los equipos femeninos en primer lugar, para que las mujeres puedan ganarse la vida con el deporte y tener más espectáculos disponibles para los aficionados dispuestos a pagar por ellos. Igual que, por ejemplo, el boxeo se divide en categorías según el peso: para hacer la competición más justa y que más deportistas puedan participar con esperanzas de éxito y los espectadores tengan más opciones con las que disfrutar.

Pero no se sacan a concurso plazas de bombero para agradar a quienes tienen como sueño desde niños convertirse en uno. No, se sacan porque hacen falta bomberos. Para, ya saben, apagar fuegos y esas cosas con las que se ganan el sueldo. Y para poder hacerlo son necesarios unos requisitos físicos mínimos. Si no los cumplen, sean hombres o mujeres, pondrán en riesgo las tareas de extinción y, en algunos casos, las vidas de los afectados por los incendios. Podemos discutir sobre cuál debe ser ese mínimo e incluso si es posible que en un futuro la tecnología no haga necesaria la buena forma física para ciertas profesiones, pero incluso en ese caso lo que tendría sentido sería eliminar las pruebas físicas para todos, no hacerlas distintas para unos y otras.

La izquierda feminista se queja de que es discriminatorio para las mujeres imponer un mínimo común, pero a quien se discrimina rebajando los requisitos para una parte de los bomberos es a las víctimas, hombres y mujeres, a los que se pone en riesgo para que los políticos puedan ponerse una medallita por lo muy feministas e inclusivos que son. Que haya quien defienda cuotas y pruebas distintas para hombres y mujeres en puestos donde cagarla no significa que tu jefe se enfade contigo, sino que alguien salga herido o incluso pueda morir, muestra lo bajo que ha caído el nivel del debate en nuestro podemizado país, en el que las ideas de bombero se reciben no sólo como respetables, sino como lo único que puedes pensar si no quieres ser tachado de fascista, machista, racista, tránsfobo. Y lo necesarios que son políticos y medios que cuestionen los consensos más idiotas de nuestra casta.

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